Por: Redacción Pares- La restitución de tierras era otro de los objetivos del gobierno de Gustavo Petro. Según Gerardo Vega, ex director de la ANT y cabeza de la ONG Forjando Futuros, el 83% de los casos de despojo de tierra en Colombia los responsables fueron los paramilitares. Muchas de estas tierras fueron recompradas después por grandes empresas nacionales. Pero la idea es devolverle la tierra a los que alguna vez la perdieron.
El pasado 26 de febrero se entregó el predio La Floresta, ubicado en el corregimiento de Torcoroma, en el municipio de San Martín, 399 hectáreas a 36 familias del Cesar. Este predio pertenecía a Juan Francisco Prada, mejor conocido como Juancho Prada, quien fue llamado por el portal Verdad Abierta como “El para invisible” por su bajo perfil, su capacidad probada de mimetizarse. En su prontuario figuran masacres, desplazamientos, desapariciones y asesinatos a políticos y líderes sociales. Se movía en Norte de Santander y Cesar. El fue el jefe paramilitar de las autodefensas campesinas del sur del Cesar. Se le atribuyen 5.370 crímenes de los cuales 4.479 son asesinatos, 565 desapariciones y 434 son desplazamientos. Nació en Galán Santander, en 1953 y es hijo de terratenientes. Su familia fue golpeada por la guerrilla durante las décadas de los setenta y ochenta y como tantos otros paramilitares esta fue la excusa para ser uno de los jefes de la antinsurgencia armada.
Se armó en 1995 con uno de sus primos y pronto sería una de las fichas claves de los hermanos Castaño en su expansión paramilitar. Prada además contó con emisora propia. Creía en el poder de las comunicaciones a la hora de enviar mensajes que sirvieran para poner en contra de la guerrilla a la población y por eso creó la emisora Colombia Libre, en donde los Castaño se desgañitaban con sus discursos.
La entrega de la Floresta a finales de febrero significó el final de una larga lucha de los líderes sociales que buscaban la ansiada restitución. Dos de estos líderes fueron asesinados mientras se hacía el proceso de restitución, se trata de Teófilo Acuña y Jorge Tafur, voceros de la Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar.
Mientras se entrega este predio hay otras víctimas de Juancho Prada que esperan justicia, como sucede con los familiares de las víctimas de las masacres de Puerto Patiño y Puerto Marqués. Cada vez que se conmemoran las fechas de estas masacres las familias le recuerdan al estado un olvido que en este enero cumplió 30 años. Se necesitan que todas las víctimas del conflicto colombiano, sin importar el grupo armado que haya ejercido la violencia, sean reparadas.