Una jueza de Justicia y Paz decidió conceder la libertad a prueba al exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, tras su llegada al país el pasado martes 27 de febrero en calidad de deportado.
Mancuso continuará detenido hasta que se resuelva la sustitución de medidas de aseguramiento ante las Salas de Justicia y Paz de Barranquilla y Bogotá.
Mancuso peleaba su libertad bajo el argumento que en EE. UU. ya pagó los 8 años de cárcel que exige la Ley a la que se sometió. Solicita que se le deje transitar por el territorio nacional para cumplir con su rol de gestor de paz. La de hoy, es la segunda sesión de la diligencia; la primera se llevó a cabo el pasado viernes 1 de marzo, donde se escucharon las partes intervinientes, en esa oportunidad delegados del Gobierno Nacional como de la Fiscalía General respaldaron la solicitud de libertad, considerando que en efecto ya cumplió con el tiempo en prisión dispuesto por la Ley a la que se sometió para su desmovilización hace varios años.
“Yo no vengo con un ánimo diferente a seguir cumpliendo con mis obligaciones. (…) Tengo un compromiso con el presidente Petro de ayudar en los diálogos y las negociaciones de desmovilización de los actores que se rearmaron con posterioridad al desarme de las Autodefensas”, dijo el excomandante de las AUC en su intervención de la audiencia. Las víctimas por su parte dijeron estar de acuerdo con su libertad, siempre y cuando, siga respondiendo con la verdad, entregando detalles de hechos criminales que aún siguen impunes y a su vez, avance en la reparación económica.
El excomandante paramilitar tiene pendiente el inicio de sus actividades como gestor de paz y que el Gobierno confía en que pueda iniciar cuanto antes sus desplazamientos por todo el territorio nacional, posibilitando de esta manera los encuentros con víctimas y líderes de grupos armados organizados para influir en la dejación de las armas. Mancuso, regresó al país en calidad de deportado tras pagar una condena en Estados Unidos por los delitos de narcotráfico y lavado de activos. Desde su llegada a Colombia ha estado fuertemente custodiado y en una celda de la cárcel la Picota permanece recluido en tanto la jueza define su libertad.
Ahora contará con un esquema de seguridad voluminoso de parte del Gobierno para proteger su integridad y que pueda hacer las gestiones necesarias como gestor de paz.