¡LA COLOMBIA HUMANA TIENE HUEVO!- Por: Felipe A. Priast

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Yo tengo unos primos en Sincelejo que son sobrinos de Juancho Garcia y Piedad Zuccardi.
Hace más de 30 años, cuando uno de mis primos aún estaba en la universidad en Bogotá y Juancho era senador, Juancho le tiró una de las viejas “corbatas” de antes. En una de las agencias del Estado que Juancho controlaba (repartidas por cuota burocrática durante la administración Gaviria), Juancho le tiró a mi primo sincelejano un puesto de segundo secretario de no-se-qué-mondá para que al man le entrara un billete bueno mientras estudiaba en la universidad. Me acuerdo que era un escándalo para la época, pues era una “corbata” que pagaba como $1.5 millones mensuales, que para un estudiante de esa época era un dineral. Eso daba para darse la gran vida como estudiante. Mientras que otros estudiantes costeños recibían $200-300 mil barras al mes de sus padres, mi primo se metía 5 veces esa cantidad con esa corbata.
Sin hacer nada, valga aclarar. Creo que tenía que ir una vez al mes a firmar algo, y ya con eso bastaba para que le entrara su chequecito.

No obstante la buena “fortuna” de mi primo, este un día nos aclaró que la vaina no era tan bacana como parecía. Siendo Juancho Garcia quien era, la corbata llegaba con recorte.
Del millón quinientos que le daban, Juancho recortaba el 20% de entrada y se quedaba con él, y había otro 10% que había que darle a alguien más. Eso, según entendí en su momento, era “standard practice” en la política de la época. Juancho tenía como 20 corbatas de esas, y en todas aplicaba “recorte”. Tan pronto salía el cheque, mi primo iba y cambiaba el cheque, cogía su plata (menos rete-fuente), e iba y le llevaba el 20% a Juancho en efectivo, porque al man le gustaba recibir esa plata en cash. 20% de $1.5 millones eran 300 mil barritas de la época, y Juancho tenía como 20 corbatas de esas. Solo en corbatas le quedaban $6 millones de la época, que eran un poco de plata. Esa vaina eran como 20 palos de hoy, de pronto más…

Bueno, así igualito esta haciendo David Racero, con el agravante de que ese man no esta cobrándole ese porcentaje a puestos “corbatas”, sino que el billete se lo esta sacando a los miembros de su propia UTL, gente que trabaja de verdad-verdad y se gana la vida con su trabajo. Es decir, Racero CORBATIZÓ trabajos legítimos.
El gran David Racero, presidente de la Cámara, graduado de la “Nacho”, líder popular y pro-hombre de la Colombia Humana, cobrando “recorte” del salario de sus propios empleados reales como cualquier Juancho Garcia o cualquier Piedad Zuccardi. Peor aún, porque como he dicho, esos trabajos en donde esta sacando el recorte no son corbatas, son trabajos reales de gente que madruga todos los días para ir a trabajar. Mi primo no tenía que ir nunca a la oficina con su corbata, era un puesto falso.

Loco, ¿cuál es el cambio?
Exactamente, yo quiero que alguien me explique cómo ganó yo al cambiar un congresista rata de clase alta como Juancho Garcia por un congresista rata de la clase popular. Exactamente, ¿en que consiste ese cambio?
Desde mi punto de vista, y ustedes me perdonarán el clasismo, estoy cambiando a una senadora atractiva, rubia, que es hermana de una de mis tías más queridas (mi tía es hermana de Piedad Zuccardi), y la estoy reemplazando por un morenito feo y de clase baja con el que no tengo ninguna relación.
Yo incluso podría argumentar, solo para argumentar mejor mi punto, que de necesitar algún “cruce” parlamentario yo podría ir a donde mi tía y decirle que hable con Piedad, y de pronto por ahí Piedad me ayuda, porque sabe que yo soy sobrino de su hermana. Pero yo con David Racero no tengo absolutamente ningún vínculo. Es más, un man del extracto social de David Racero lo más probable es que me odie, y de pedirle algo, que me bloquee lo que le pido.
¿Entienden lo que les digo?
Si de lo que se trata es de escoger corrupción, yo escojo a Juancho y a Piedad, porque al menos hacen parte de mi círculo y tengo familiares en común con ellos. De hecho, Piedad tenía fama de ser bastante leal con su familia, lo cual es algo que no puedo decir de David Racero porque yo a ese man no lo conozco.

Cuando yo decidí apoyar a Gustavo Petro y a la Colombia Humana, yo esperaba un “cambio” verdadero, un cambio en la cultura política de este país. Dejar atrás las viejas costumbres, y adoptar una nueva ética política en donde los méritos y la honestidad primaran sobre la corrupción.
Pero leo las noticias de este gobierno, e igual esta administración está cobrando “corbatas”, está saqueando la UNGRD, esta repartiendo embajadas a dedo, esta tranzando con bandidos, etc.
Acá no hubo cambio, tigres, eso fue puro cuento.

Y lo peor del cuento es que Racero era el de “mostrar”, el símbolo de la “honestidad” de la Colombia Humana.

Loco, un hijueputa que le recorta el salario a sus propios empleados como si se tratara de corbatas es un recontra-malparido. Que le sacara una tajada a una corbata…me cabrearia pero lo hubiera entendido. Eso es robar al estado, pero es lo que hay.
¿Pero recortarle el salario a un empleado de verdad-verdad? ¡Eso es mucho hijueputa!

Aquí no hubo cambio de una verga. Aquí lo que ha pasado es que, unos morenitos resentidos, amargados porque los blanquitos eran los que robaban, bajaron a los blanquitos y se pusieron ellos en su lugar para robar. En otras palabras, un “quitate tú pa’ ponerme yo”.

En Colombia solo hay dos tipos de políticos: (1) Los que roban; (2) Los que envidian a los que roban y quieren tener la oportunidad de robar también. Aquí no hay gente decente en ninguna parte.

Y Racero es graduado de la Nacional. El fue un “tira-piedra” socialista que combatía por un mejor país.
¡Qué va! Tan pronto tuvo poder y dos pesos en el bolsillo, se volvió igual a lo que combatía.
¡Me cago en la Universidad Nacional y en su ética socialista! Todos roban, tanto los de los Andes y la Javeriana, como los de la Nacional.

¡Metanse su “cambio” por entre el bicho!
No vuelvo a creer en un líder popular colombiano más nunca en mi vida.
A todos los colombianos les gusta mucho la plata, esa es nuestra tragedia…


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