A los dos primeros meses de la pandemia en Santa Marta y el Departamento, los viudos y huérfanos del poder del Magdalena le echaban la culpa al gobernador Caicedo y a la alcaldesa Virna por el aumento de los casos, lo que en el resto de los municipios y departamentos del país e incluso en todo el mundo ocurría lo mismo, con la diferencia de que allá culpaban al verdadero causante de la pandemia: el virus.
Cuando en Santa Marta y el Magdalena los casos fueron menos significantes con respecto a las otras regiones tanto del país como del mundo, comenzaron a criticar a los mencionados gobernantes por su manera de ayudar a las personas afectadas ante la cuarentena que los obligaba a dejar de trabajar o salir a las calles a buscar el sustento para sus familias.
Los enormes mercados de ayuda a la gente encerrada, eran incomparables con los pequeños mercados que otros gobernantes regalaban en el resto del país, por lo que despertó la envidia enseguida de los viudos y huérfanos del poder reconocidos, pues esas gestiones benefactoras de ambos gobernantes dispararían aún más sus famas de ser solidarios con la gente del pueblo y darían al traste con sus malas intenciones de enlodar a toda costa a los que los alejaron del amado poder que ya entrañaban pese al corto período que llevaban sin él.
Uno pensaría que a lo mejor nunca se imaginaron que alguien en este mundo los iba a alejar del poder o que jamás nadie se atrevería siquiera a intentarlo. Pero como sí hubo alguien que los apartó de esa posición comodísima y fructífera, en un histórico acuerdo con el pueblo, el cual se concretó el 27 de octubre del año 2019, era sabido que al año siguiente, es decir el 2020, así sea con pandemia o sin ella, tratarían como alma en pena, buscar vengarse del que los envió al purgatorio.
De ahí que todavía es la hora y no se resignan a aceptar sus actuales situaciones frente a la liberada sociedad magdalenense. Pues, es también de conocimiento público, las otras estrategias que aplicaron tras los fallidos intentos con la pandemia y ayudas de los damnificados, como las amenazas descalificadas y otras que otras «jugaditas» desacreditadas. Incluso con lo último que hicieron para solidificar su venganza macabra porque los dejaron viudos y huérfanos de poder y finalizar así el año que llevan tratando de desprestigiarlos, como fue la de echarles la culpa, porque en una lata de atún habrían encontrado unos gusanos.
Es decir, pareciera que todo lo malo que ocurra en el mundo y en Colombia, cuyas causas son ajenas a los gobernantes, para los viudos y huérfanos del poder en Santa Marta y Magdalena, es culpa de sus gobernantes. Y para rematar: Tienen el descaro de decir que Caicedo y Virna son los que les generan el odio o resentimiento que sienten por ellos. Hasta de eso le echan la culpa…