La desesperación del comandante de la policía que acusó al hermano de Uribe Vélez de haber creado un grupo paramilitar

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Por: Iván Gallo – Editor de Contenido- Pares-

Tres veces le han cerrado el caso y tres veces se lo han vuelto a abrir. Las tres veces han dicho que Santiago Uribe Vélez, el hermano menor del expresidente, es inocente de haber creado Los doce apóstoles, una organización supuestamente creada en una de sus fincas, La Carolina, en pleno Yarumal. La última vez que afirmaron que el hombre no tenía nada que ver con eso fue en noviembre del 2024. La Fiscalía, que ya no es amiga de la familia, inmediatamente apeló este fallo. Los cargos de los que se le acusa a Santiago son graves, homicidio agravado y concierto para delinquir agravado. Hay un testigo de peso en todo esto, un testigo que, como ha sucedido con todos los hombres que han intentado testificar contra los Uribe Vélez, ha sido sistemáticamente calumniado y acorralado.

Se llama Juan Carlos Meneses y fue el comandante de la policía de Yarumal desde 1994. En ese momento los Uribe Vélez ya eran una leyenda en Antioquia. Su hermano mayor, Alvaro, estaba a punto de ser gobernador de Antioquia. Eran cinco los hijos de un tipo muy poderoso, multimillonario, duelo de 26 fincas, llamado Alberto Uribe Sierra quien fue asesinado en extrañas circunstancias en 1983 mientras se bajaba de un helicóptero en las Guacharacas, una de sus haciendas más queridas. En ese operativo, que se le atribuyó durante mucho tiempo a las FARC, resultó herido Santiago. La leyenda uribista cuenta que Alvaro, apenas supo del incidente, voló en otro helicóptero hasta el lugar de los hechos e incluso repelió a los asesinos de su padre a punta de bala, pero nada de esto ha podido ser comprobado. Circularon rumores en Medellín -nunca comprobados- que no fue la guerrilla sino un ajuste de cuentas lo que provocó el asesinato del padre del expresidente pero esto nunca pudo ser comprobado. Políticamente Alvaro Uribe si ha resaltado haber sido una víctima de las FARC.

Meneses se sentó durante años con la rigurosa periodista Olga Behar y contó todo lo que vio en sus años como comandante de la policía en Yarumal. Habló de que en la Carolina, Santiago Uribe prestaba esta espaciosa finca -en donde incluso se criaban toros de lidia, actividad en la que los Uribe Vélez son expertos y fanáticos- para entrenar hombres que conformarían comandos paramilitares. Ese grupo de Yarumal, que, según Meneses, se había hecho no sólo para repeler a las FARC y al ELN, quienes extorsionaban a los hacendados “de bien” de la zona, sino para ejercer labores de “limpieza social” matando a consumidores de droga y potenciales ladrones, se hizo llamar Los doce apóstoles y estaba compuesto por dueños de criaderos de cerdos, comerciantes y hasta por el cura del pueblo que usaba su biblia para guardar su nueve milímetros. A los doce apóstoles, grupo activo desde 1992, se le atribuyen 533 asesinatos. La alianza con la fuerza pública fue fundamental para la expansión de este grupo en 1995 que luego se convertiría en el poderoso Bloque Mineros de las AUC.

Meneses llegó a reemplazar en 1992 al comandante Benavides quien fue sustituido luego de que se comprobara su apoyo a los Doce apóstoles de manera descarada. Una vez asesinaron a un señor de apellido Varela en la hacienda La Carolina. Después de asesinarlo lo pusieron en el capó de un jeep en donde le colgaron el letrero de “extorsionista de la guerrilla” y lo pasearon por todo el pueblo para que la gente entendiera como le iban a los guerrilleros en Yarumal. Tal acto provocó un escándalo y por eso lo destituyeron. Meneses cuenta que uno de los primeros que lo recibió en Yarumal fue Santiago Uribe Vélez, le puso a la orden sus hombres y sus recursos, además de la información que poseían con tal de darles duro a la guerrilla.

Meneses tiene encima una condena de 27 años de prisión por homicidio y lleva más de una década siendo testigo contra Santiago Uribe Vélez. El año pasado ratificó ante la JEP la acusación contra el hermano del expresidente. Los testimonios de Meneses han sido respaldado por otros testigos como el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso y un trabajador de la finca llamado Eunisio Pineda Luján.

En la JEP se encuentra una resolución, la 2114 que reza lo siguiente: “Además de esta información conocida por mí y entregada por el Capitán BENAVIDES al momento de recibirle el puesto de Comandante de Distrito, este dejó en evidencia también una estrecha relación de amistad con SANTIAGO URIBE VÉLEZ y demás ganaderos y comerciantes del sector auspiciadores del grupo de “limpieza social”.

En el documento queda claro como era la interacción entre la SIJIN y los paramilitares “El objetivo primordial de generar vínculos con la Policía Nacional era que ellos tuvieran tranquilidad en su actuar delictivo y que sus hombres al cometer los homicidios no fueran capturados y al final, estos ganaderos, agricultores y comerciantes pudieran tener la tranquilidad que no les iban a ser extorsionados ni secuestrados y así disminuir la actividad delincuencial en la zona”.

Hasta el año pasado Meneses intentaba salir del país, con sus respectivas medidas de seguridad teniendo en cuenta su situación judicial -el homicidio de Camilo Barrientos en Yarumal, en 1994-, para encontrarse con su familia en Venezuela donde se encuentran refugiados debido a las amenazas que le ha implicado a Meneses ser testigo de Uribe Vélez.

La Fiscalía sigue recogiendo pruebas para abrirle una vez más el caso al hermano menor del expresidente. El testimonio de Meneses nunca ha presentado grietas y sigue manteniéndose sólido todo lo que dice. Sólido y coherente.

 


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