La Gaba “el complemento perfecto”-Por: Jaime Garciaromero

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La frase popular: “detrás de todo gran hombre siempre hay una gran mujer”, que sin duda se ha convertido en un cliché, es oportuna para dejar ver lo que representó Mercedes Barcha, para el premio nobel de literatura Gabriel García Márquez. “Una mujer absolutamente incondicional. Como pareja eran el complemento perfecto”, según palabras de Rodrigo Castaño Valencia, amigo incondicional de Gabo, en un relato publicado en la revista «Fucsia».

Ella, la mujer que propició las circunstancias sociales, económicas, familiares y en general a quien se le atribuye un papel protagónico para crear las condiciones que permitieron la escritura de «Cien años de soledad», partió al encuentro con su compañero de vida, el padre de sus dos hijos: Gonzalo y Rodrigo. De un problema pulmonar a los 87 años murió en su residencia de México “la Gaba”, como familiarmente se le conocía a Mercedes Raquel Barcha Pardo.

Y así, Gabo siempre lo reconoció:

“Sin Mercedes no habría llegado a escribir el libro. Ella se hizo cargo de la situación. Yo había comprado meses atrás un automóvil. Lo empeñé y le di a ella la plata calculando que nos alcanzaría para vivir unos seis meses. Pero yo duré año y medio escribiendo el libro. Cuando el dinero se acabó, ella no me dijo nada. Logró, no sé cómo, que el carnicero le fiara la carne […]. Se ocupó de todo sin que yo lo supiera: inclusive de traerme cada cierto tiempo 500 hojas de papel. Nunca faltaron aquellas 500 hojas. Fue ella la que, una vez terminado el libro puso el manuscrito en el correo para enviárselo a la Editorial Sudamericana”, contó gabo a Plinio Apuleyo Mendoza.

Para los biógrafos del nobel, ella, fue una de sus grandes musas para describir el mundo femenino. “Mercedes fue la gran novela de Gabo. Una mujer absolutamente incondicional. Como pareja eran el complemento perfecto: ella tenía los pies en la tierra, mientras Gabo, para dicha de todos, era la fantasía”, Así la describía Rodrigo Castaño Valencia.

“Su personalidad era única, una mezcla singular de inteligencia absoluta, fortaleza de carácter, pragmatismo, curiosidad, sentido del humor y hermetismo’‘, expresó Jaime Abello Banfi, director general de la Fundación Gabo, en un comunicado de condolencia. “Querida Mercedes, que fuiste polo a tierra, jamás te olvidaremos. Tu recuerdo nos inspirará”, reafirmó.

“Mercedes ha quedado regada en todos mis libros, pedazos por todos lados, personajes completos que se ven; en “Cien años de soledad”, inclusive con su propio nombre”: Gabo.

Mercedes fue, según amigos personales de la pareja que convivieron por 56 años, “literalmente la mano derecha de Gabo, no solo como ama de casa, tesorera y contadora de la familia, sino que además se encargaba de pasar a máquina las páginas que ya tenían el visto bueno del escritor.

La historia narrada por el propio García Márquez y que es recordada por Camila Osorio en el País de España da cuenta de que el día en que el escritor terminó el manuscrito de Cien años de soledad, en los años sesenta, él y su esposa fueron al correo en México para enviarlo a la editorial en Argentina que estaba interesada en el libro.

Y sigue contando que un funcionario allí pesó el manuscrito y dijo que el envío costaría 83 pesos, pero Mercedes -que era la administradora de la familia – dijo que no tenía más que 45. Los dos decidieron enviar entonces tan solo la mitad del manuscrito, la parte que podían pagar, y se quedaron con el resto con la esperanza de enviarlo después.

“Entonces nos fuimos a la casa y Mercedes sacó lo último que faltaba por empeñar’‘, contó Gabo. Empeñó el calentador, su secador de pelo, la batidora, y así Mercedes logró enviar el resto de la novela hizo inmortalizó a su esposo. “Ahora lo único que falta es que la novela sea mala”, le dijo entonces, enojada.

Quizás quien mejor define lo que encarno en su vida Mercedes es el escritor inglés Gerald Martin, autor de la biografía Gabriel García Márquez: una vida: “Ella ha jugado el papel de la Beatriz de Dante, sólo que Gabo logró casarse con su Beatriz y vivir más de 50 años a su lado. Él ya era un genio cuando se casaron, pero sin Mercedes no habría logrado hacer todo lo que después consiguió en la literatura y en la vida”, declaró a EL UNIVERSAL, en 2014.

Hoy el mundo llora la triste partida de “la hija del boticario”, como en muchas ocasiones la llamo el propio Gabo. Desde políticos, académicos, escritores, presidentes y de la gente del común expresan su dolor.

«Con mucha tristeza me entero de la muerte de Mercedes Barcha, mujer tenaz y generosa. Cómplice indiscutible de Gabo, madre de Rodrigo y Gonzalo. Nuestro más sentido pésame, vuelan mariposas amarillas», escribió en Twitter Alejandra Frausto, secretaria de Cultura del gobierno de México.

“Mercedes luego pasaría a inspirar varios de los personajes de Gabo en novelas como Cien años de soledad, El otoño del patriarca, y El amor en los tiempos del cólera, que estaba dedicado a ella. “Era una especie de Úrsula Iguaran”, recuerda Tatis, “una gran mujer detrás del genio de García Márquez”.

Gustavo Tatis, biógrafo de Márquez y autor del libro La Flor Amarilla del Prestidigitador, recuerda que “García Márquez tuvo la clarividencia desde muy temprano que esa sería la mujer que lo acompañaría toda la vida” y narra que “Mercedes luego pasaría a inspirar varios de los personajes de Gabo en novelas como Cien años de soledad, El otoño del patriarca, y El amor en los tiempos del cólera, que estaba dedicado a ella. “Era una especie de Úrsula Iguaran”.

“Siempre fue una mujer muy reservada, ella jugó muy bien ese papel de ser un muro de contención frente a Gabo’‘, recuerda el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, amigo cercano de la pareja.

 


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