Desde Nueva York, el presidente Gustavo Petro intervino por primera vez en la Asamblea General de Naciones Unidas, durante la cita anual de todas las naciones que integran el organismo.
En su intervención envió un mensaje directo a los 193 países que conforman esta plenaria, pidiendo acabar con la “irracional” guerra contra las drogas y aseguró que, para disminuir su consumo, no se necesita de guerras, sino que todos construyan una mejor sociedad.
“Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas. Disminuir el consumo de drogas no necesita de guerras, necesita que todos construyamos una mejor sociedad”.
Según Daniela Garzón, investigadora nacional de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), el discurso de Petro señaló tres principales problemas: el problema de la guerra contra las drogas, el problema ambiental y la diferencia entre los países del norte global y del sur global.
“Creo que Petro está tratando de elevar en este escenario de la ONU el pedido de acabar con el discurso prohibicionista que es el que ha impulsado la guerra contra las drogas”.
Para el mandatario, destruir las selvas, como el Amazonas, se convirtió en la consigna que siguen Estados y negociantes, aseguró que «la selva que se intenta salvar es al mismo tiempo destruida» y puso como ejemplo el uso del herbicida glifosato para erradicar los cultivos ilícitos en Colombia.
“La culpable de la adicción a las drogas no es la selva, es la irracionalidad de su poder”, añadió el mandatario.
Daniela Garzón de Pares analizó este discurso como grandilocuente, mencionando que aparte del discurso contra las drogas hubo un discurso ambientalista interesante, en el que se reafirma la idea que dio el día de la posesión.
En su discurso, Petro incluyó una crítica al capitalismo, a la acumulación de riqueza y al consumo, diciendo que son los causantes de la crisis de salud pública que hay detrás de la adicción a las drogas. En este punto, Garzón expresó su preocupación con dicho mensaje, ya que el jefe de Estado ve todo consumo de drogas como problemático o producto de problemas emocionales en las personas, añadiendo que es un discurso conservador, el cual no entiende que las drogas se usan mayoritariamente de manera recreativa y muchas de ellas son consumidas por personas que no tienen problemas de adicción.
El mandatario también se dirigió al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken en una reunión sobre la crisis alimentaria, en la que criticó el concepto de “seguridad alimentaria”, ya que asume que la humanidad podrá lograr los nutrientes que necesita con el libre mercado. Petro explicó que Colombia tiene una gran capacidad de producir alimentos, sin embargo, no la usa. Colocó de ejemplo el maíz, pues este ha sido importado durante décadas de Estados Unidos y Canadá.
En ese momento apeló directamente a Estados Unidos y pidió que pensaran en la idea de una “soberanía alimentaria” e impulsen políticas para que los pueblos puedan alimentarse por sí mismos, quitando la dependencia del libre mercado.
“Cuanto más produzca Colombia de alimentos, cuanto más maíz produzca, entonces su fuerza de trabajo tendrá más oportunidades de ingreso dentro de las tierras fértiles del país y no en los bordes en la selva donde lo único que se puede producir con rentabilidad es coca”.
Petro aseguró que durante sus días de estadía en Nueva York tocaría el tema sobre la alimentación. Sin embargo, no mencionó si tendría algunos encuentros bilaterales con altos cargos de Estados Unidos.