“Una de las vainas más ridículas-grotescas que tiene Colombia es el dizque nacionalismo de los paisas, el cuento de que “Antioquia es un país aparte”.
Lamento revelarle a los paisas esta verdad, pero no me dejan otra alternativa: los paisas no son “diferentes”, por lo menos no en el sentido que ellos creen. Los paisas son unos colombianos de montaña, que hablan un español de capataces blancos del siglo XVIII arcaico y violento, y quienes son poseedores de una violencia igualmente arcaica. Eso es lo que significa para mi ser “paisa”.
Esa “vaca” dizque para las vías 4G de Antioquia es otra más de sus ridiculeces de montañero, una proposición que es un chiste, la idea de unos campesinos corronchos, una proposición de gente sin modernidad, sin sentido de estado. En un Estado Moderno no existe esa noción de una “vaca de infraestructura”, el Estado es la “vaca”.
Ese es todo el punto de crear un Estado. Uno crea un Estado para que sea la “vaca” institucional de todo el pueblo bajo ese Estado.
Por lo tanto, la creación de una “vaca” dentro de otra “vaca” ya existente e institucional, es una mafia, un Estado dentro del Estado, una idea que constantemente zumba alrededor del pueblo paisa. El excepcionalismo paisa no es tal, es un instinto que los empuja a comportarse mafiosamente para todo, incluso para la creación de un “sub-estado”. Es la excusa para volverse mafiosos.
Ahora, creer que al hacer esa “vaca” no va a entrar plata de los narcos es como ir a seleccionar 10 vírgenes a las 11:30 PM en el Parque Lleras de Medellín, un sábado por la noche. Loco, la posibilidad de que se te cuelen varias putas en esa selección de vírgenes es alta, muy alta.
Antioquia y los paisas representan una cultura traqueta casi que por definición. Hacer una “vaca” en Antioquia es equivalente a hacer una vaca entre traquetos. Sería más la plata mafiosa que la plata decente la que entraría en esa vaca, eso seguro.
La única excepcionalidad real de la cultura antioqueña es su inclinación y preferencia por todo lo traqueto.
Yo entiendo el turismo de gente del getto americano que va a Medellín. Esos que van a Medellín por putas y perico son los mismos que iban a Miami para sentirse Tony Montana, o a Las Vegas para sentirse Bugsy Seagal. Se aburrieron de esos destinos y ahora van a Medellín para sentirse Pablo Escobar.
¡Cipote turismo tan “excepcional”!
Medellín vive de abastecer con putas y perico a un poco de gente de ghettos en Brooklyn y Los Angeles que quieren sentirse “Pablo” durante una semana.
Los “blancos” y racistas paisas convirtieron Medellín en un puteadero para negros americanos. ¡Felicitaciones, amigos paisas, “you have come home”!
Y los paisas creen que eso los hace especiales…
¡Francamente, no son excepcionales, lo que son es unos idiotas!
