Las malas decisiones políticas tienen a Magangué entre la corrupción y el olvido- Por: Miguel Macea Martínez

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La prosperidad de los pueblos depende en gran medida de contar con una buena dirigencia. Magangué, ha sido víctima de su mala dirigencia. Un municipio que en los últimos treinta años, de los noventa para acá, ha caído en manos de una mafia política que tiene secuestrada la administración y la hacienda pública en beneficio propio.

La reciente noticia de que la ciudad perdió la sede del Batallón Nariño es sólo una de las tantas malas que hemos venido recibiendo en los últimos veinte años. Podemos enumerar muchas: el CESPA, un programa de la cooperación holandesa que beneficiaba a la población pesquera del municipio y la región, que terminaron robándose hasta los ladrillos de su sede operativa; la planta de Platanharina, que el ICBF le entregó lista para funcionar al municipio y por la incapacidad del alcalde de turno no la puso a producir sino que la destinó como cuartel de un batallón de infantería de marina.

La Casa de la Cultura que se mantiene en ruina hace más de diez años porque un alcalde no quiso que se restaurara debido a que el contrato lo iban a tramitar en Bogotá; el “nuevo” mercado público que ese mismo alcalde no dejó que se construyera por idénticas razones; el Coliseo de Boxeo que no se construyó porque entre el alcalde y el contratista se robaron la plata; el SENA, que la ineptitud de otro que dejó perder los 15 mil millones de pesos aportados por la gobernación de Bolívar y los 5 mil millones del SENA por no definir el lote a tiempo. El hallazgo arqueológico Malibú encontrado en la pata del puente Santa Lucía, que ese mismo alcalde dejó perder porque no atendió la rogativa del Ministerio de Cultura para que dispusiera de un local donde guardar los restos prehispánicos mientras se construía el museo.

Ni qué decir del famoso patinódromo cuyos 16 mil millones de pesos no se sabe dónde están invertidos, hasta el punto que COLDEPORTES no recibe la obra porque no han justificado más de 6 mil millones de pesos embolatados; la estafa del Coliseo de Alto Rendimiento, que a menos de tres años de construido se inventaron un contrato de 10 mil millones de pesos dizque para “reconstruirlo”, cuando el costo inicial de la obra fue de apenas 4 mil millones.

En fin, una ciudad saqueada, vapuleada por una clase dirigente inepta, ladrona, mafiosa, indolente, manipuladora, que tiene comprada y amordazada a la prensa y amedrentada a la dirigencia comunal.

Lo que da risa es que ahora el anterior y el actual alcalde y algunos dirigentes políticos y gremiales de la Capital de los Ríos se rasguen las vestiduras protestando porque finalmente el Ejército tomó la decisión de construir la sede en Mompox, cuando por cuatro años le mamaron gallo a los militares con lo de la sede.

Terminaron ofreciéndole un terreno que no es del municipio sino de la Aeronáutica Civil, entidad que desde un comienzo se opuso a cercenar el lote del Aeropuerto Baracoa.

Idéntica táctica se utilizó para justificar ante la ciudadanía la pérdida del SENA. Terminaron ofreciendo la sede de la Universidad de Cartagena del barrio Montacarlos sin consultarle siquiera al rector. Claro, ante el rotundo rechazo de éste, por tan descarado ofrecimiento, le echaron la culpa a este funcionario de que Magangué haya perdido esa gran inversión.

En estos tiempos Magangué navega entre la corrupción y el olvido, y así no llegará a puerto seguro.


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