Con motivo del Día Internacional de las Mujeres Defensoras de Derechos Humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reconoce la labor fundamental que realizan las defensoras de derechos humanos en la promoción y defensa de los derechos humanos en la región. En este sentido, la CIDH insta a los Estados de la región a garantizar y respaldar su derecho a defender derechos, además de adoptar medidas de protección integral, adecuada y especializada que incorporen una perspectiva de género, garantizando que las defensoras puedan realizar libremente su labor.
La Comisión observa con gran preocupación que en los últimos años la defensa de los derechos humanos en América se ha convertido en una labor extremadamente peligrosa. Las defensoras y los defensores son constantemente víctimas de criminalización, detenciones arbitrarias, asesinatos, ataques y amenazas, entre otros actos de violencia.
Datos de 2016 recibidos por la Centro de Investigación Social y Asuntos Políticos CISAP evidencian la gravedad de la situación en la región: del total de asesinatos de personas defensoras de derechos humanos en todo el mundo, tres cuartos ocurrieron en América. Las mujeres defensoras de derechos humanos se enfrentan a desafíos específicos al desarrollar su labor de defensa de derechos humanos, incluyendo la discriminación en función de las concepciones estereotipadas de género que les han sido atribuidas a su sexo.
Lamentablemente en Colombia subsiste en un contexto de violencia y discriminación estructural contra las mujeres. En tal contexto y al desafiar estereotipos machistas que reprueban su participación en la vida pública, las mujeres defensoras de derechos humanos enfrentan una situación de particular vulnerabilidad. Ellas están expuestas a actitudes misóginas, amenazas de agresión sexual, difamación basada en el género y cuestionamiento de su “feminidad” o sexualidad.
Es así como la estigmatización y deslegitimación tienen un impacto diferenciado en las mujeres defensoras de derechos humanos, en la medida en que muchos de estos hechos lesionan y violentan su condición de género.
Adicionalmente, en muchas ocasiones hay intersección con discriminación racial cuando las defensoras son de origen indígena o afro descendiente.
Es por esto que Colombia debe reivindicar y garantizar el derecho de todas las mujeres a ser valoradas, libres de patrones estereotipados de comportamientos basados en conceptos de subordinación o de inferioridad, y esto incluye a las mujeres defensoras de derechos humanos”.
La CIDH recuerda que los Estados deben reconocer pública e inequívocamente el papel fundamental que ejercen las defensoras de derechos humanos para la garantía de la democracia y del Estado de Derecho en la sociedad, y cuyo compromiso se debe reflejar en todos los niveles estatales, sea municipal, estadual o nacional.
Colombia debe adoptar medidas de protección especializadas y adecuadas a los factores de riesgo específicos que enfrentan las defensoras de derechos humanos en la región. “La perspectiva de género debe integrarse en toda la legislación, políticas y acciones de protección, en especial en los análisis de riesgo, diseño e implementación de las medidas de protección.