Loco, tengo que admitir que el atentado del Mossad contra Hezbollah, con 3,000 bípers, me ha puesto a pensar.
Aye devoré todas las noticias que pude sobre el hecho, y anoche leí que todos los expertos habían concluido que los bípers habían sido adulterados, metiéndole una pequeña carga explosiva y un switch para accionar la carga. Yo no había contemplado esa historia, porque, en términos prácticos, esa vaina no me cuadraba, pero tengo que admitir, después de ver los vídeos de las explosiones, que son muy fuertes para simples sobre-calentamientos de las baterías de litio.
Entonces, me puse a leer sobre el modelo de bípers del ataque, para ver de qué estábamos hablando. Se trata de un “AR-924” Gold Apollo, y lo curioso del cuento es que ayer bajaron toda la información sobre ese bíper del internet. NO HAY NADA QUE LEER EN INTERNET SOBRE ESE MODELO DE BÍPER. Ya ahí me sonó la primera alarma. Alguien no quiere que sepamos las especificaciones del Gold Apollo AR-924 para ver cómo fue que le metieron el explosivo y el detonador.
Luego, leí que la compañía taiwanesa que hace esos bípers no los había hecho, sino que le había vendido la licencia a otra compañía registrada en Hungría, quien fue la que los fabricó y se los mandó a Hezbollah. De hecho, el presidente de la compañía Taiwanesa Gold Apollo salió diciendo que se habían distanciado de la firma registrada en Budapest porque dizque los habían cogido con una “transacción financiera rara venida del Medio Oriente, en el pasado”. Ya ahí me sonó la segunda alarma. Ese Taiwanes está echando esa historia para echarle el muerto, completamente, a la firma registrada en Hungría y distanciarse él de la venta de bípers a Hezbollah.
Ese cuento de ese chino está raro.
Y ya hablando en términos puramente técnicos, me puse a analizar el cuento de la instalación de los explosivos en los bípers, y ese cuento me sigue sin cuadrar. Es decir, esa vaina no fue que interceptaron el cargamento, abrieron los 3 mil bípers, les metieron el explosivo y el detonante, los cerraron, ¡y listo! Una operación de esas es imposible de ejecutar. Tu necesitas expertos en explosivos que se metan a una bodega, en secreto, abran bíper por bíper, instalen el explosivo dentro del motherboard del bíper, en lo oscuro, con una lámpara, y eso hay que hacerlo 3 mil veces. ¡Imposible! Esa vuelta no fue así. Para esa operación se necesita de un laboratorio especializado, con todo el equipo necesario, durante varios días, tal vez semanas.
Y ya viendo el tamaño del bíper, uno se da cuenta que la única posibilidad real de haber embutido esos explosivos en esos aparatos es con Nano tecnología. Un bíper es una vaina muy pequeña para meterle 2 onzas de explosivos sin afectar el funcionamiento del bíper, que es lo que están diciendo que le metieron. Eso tuvo que ser con nano tecnología, y tuvo que hacerse en un sitio adecuado para eso, no a escondidas en una bodega en Budapest.
Si bien es cierto que han bajado de internet toda la información sobre el modelo AR-924, encontré suficiente información sobre el “AL-924”, de la misma compañía taiwanesa, que sospecho es el modelo más parecido al AR-924. Y dentro de lo que pude leer, lo más interesante que encontré en las especificaciones del AL-924 es que ese modelo funciona con una batería alcalina AAA como batería principal, con una batería de litio de backup.
Ya aquí empezó a aparecer la “luz” en esta historia, ahí ya vi como pudo haber sido la cosa, porque la historia del las dos onzas de explosivo insertado en el bíper me sigue sin cuadrar.
Lo que yo creo que pudo haber pasado, si el modelo AR-924 funciona de igual forma que el AL-924 es que, los israelíes usaron una señal para “quemar” la batería alcalina, que es la batería principal, para que entrara en funcionamiento la batería de litio. Pero esa batería de litio no era una batería normal, sino una batería “arreglada” con polvo de nano Aluminio, un detonante conocido para explosivos plásticos, y una minúscula parte de explosivo plástico dentro de la cavidad de la batería de litio. Tal vez la batería también tenía Fluoruro de Litio, un compuesto que reacciona bien con el nano Aluminio al funcionar como detonante. Todo esto a escala nano, eso no fue con 2 onzas de explosivo.
Ahora, hacer esa operación con nano tecnología requiere de equipo y condiciones especiales, por lo que yo creo que lo que pasó es que los chinos de Taiwán se torcieron, hicieron un bache IDÉNTICO de 3 mil bípers con la “nano-bomba” instalada, se lo dieron al Mossad, y el Mossad cambió las cajas en la bodega.
También existe la posibilidad de que fueron los israelíes los que prepararon los 3 mil bípers, haciendo más tarde el cambio de cajas, pero cualquiera que haya sido el caso, lo único cierto es que aquí no hubo una “saltada de paredilla” para arreglar los bípers en secreto.
Y también es posible que la firma de Budapest sea una compañía fachada de los taiwaneses para poderle vender a Hezbollah sin que los descubran, pero los israelíes los descubrieron, los extorsionaron con revelar esta verdad, y los taiwaneses aceptaron “arreglar” los bípers destinados a Hezbollah para que no los metieran en una lista negra de Occidente.
Yo me puse a buscar a la firma registrada en Budapest, en línea, y no aparece nada, como si no existieran, y eso está raro. Ese cuento de los taiwaneses está raro.
Y si yo creo que está raro, imagínense lo que estarán pensando los de Hezbollah, quienes ya prometieron vengar este ataque.
Y por último, creo que están echando el cuento de las 2 onzas de explosivo con un switch para activarlo para cubrir la verdad, que es que está operación fue hecha con nano tecnología de punta. Dos onzas de explosivos no caben en ese espacio tan reducido, eso es imposible. Tuvo que ser un detonante de nano Alumnio, o algo parecido, con un catalizador de Floruro de Litio, y una minúscula partícula de explosivo plástico.
Y si no fue eso, fue algo así, usando nano tecnología.
¡Qué miedo toda esta vaina! El control de los poderes gubernamentales sobre el individuo es apabullante. Un gobierno de hoy te puede matar o dejar inválido con un virus de creación artificial como el COVID, o con una señal a tu teléfono o bíper, o puede espiarte y saber todo sobre ti. Un mundo completamente “orwelliano”.
Para poder ser verdaderamente libres vamos a tener que mudarnos a una isla del Pacífico y vivir en una choza sin electricidad.
Y ni así, porque desde el cielo alguien te va a estar mirando desde un satélite.
De aquí para adelante “Big Brother” te acompañará siempre, desde la cuna hasta la tumba.
Y te matará cuando le plazca, y como le plazca…