Crónica- Autor: Valencia Memoria Histórica.
Para conocer a fondo la magnitud y grandeza del personaje, hemos hecho un enfoque más profundo sobre la vida, la obra y la historia económica de Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales, quien es un mito y una leyenda en Montería, en Córdoba y en toda la historia del rio Sinú: Por ello hemos abordado el origen del apellido Garcés, de donde son, quienes fueron y de donde vinieron, contando un poco la historia de familias y descendientes de ese apellido ilustre de Montería y del departamento de Córdoba como son lo “Garcés” un apellido de origen español que significa “el que lleva el arco” cuya familia se originó en la región de Navarra, España, y se extendió por toda Europa durante el siglo XVI. Se dice que los Garcés han estado presentes en Colombia desde el siglo XVI. Los primeros Garcés en llegar a nuestro país fueron los hermanos Francisco y Juan Garcés, quienes llegaron a Cartagena de Indias en 1536. Desde entonces, la familia Garcés se ha extendido por toda Colombia. Es importante saber que los Garcés han contribuido a la historia de Colombia de muchas maneras. Muchos de ellos han servido como militares, políticos, abogados, médicos y empresarios. Algunos de los Garcés más destacados de Colombia incluyen al general José María Garcés, al abogado y político Francisco Garcés. El primer Garcés en llegar a Colombia fue Francisco Garcés, un misionero franciscano español. No se sabe con certeza si tuvo hijos o no, pero se sabe que su profesión era la de misionero. Por eso cabe destacar que hay una característica especial porque el nombre de “Francisco” en lo Garcés es una constante dinastía, ya que el padre de Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales, se llamaba don Francisco Garcés. Por eso es de saber que Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales: Es entre las viejas historias de Montería, la hipérbole de la vida de un hombre que fue mito y leyenda del río Sinú. Ya que en el imaginario de la gente, la figura sobresaliente de Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales, no tiene comparación en el departamento de Córdoba, fue ese referente asiduo y mágico de un personaje irrelevante en el alto Sinú y en la bella ciudad de Montería, que no se le dio la importancia que se merecía, porque es a través de los años una figura histórica que convierte su hazaña en un cuento y una fábula, argumentando que se volvió rico de la noche a la mañana debido a que en sus comienzos “un avión dejó caer un bulto lleno de plata sobre su casa y de ahí vino su fortuna volviéndose millonario, donde se decía que su riqueza descomunal llena de brillantez no contrastaba con su perfil humilde y mujeriego que aparentaba en la sociedad de entonces, ya que era una caja de sorpresa, repleta de soluciones inmediatas con los problemas de los demás y a la vez lo manifestada por su altruismo desbordado. Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales: Es ese hombre soñador que viajó en el gran buque Montelíbano, ese que creo su imperio a partir de la gran hacienda «Currayao», quien fue también el que edificó la obra arquitectónica más moderna de la ciudad de Montería, “El famoso y moderno edificio la torre Garcés” llegó a ser en su tiempo el hombre más rico, e influyente del departamento de Córdoba, pero a la vez el hombre que más herederos dejo en el departamento de Córdoba, sus vicios fueron: las mujeres, el trabajo honrado, sus obras sociales y humanitaria al igual que el dinero, pero su don fue la sencillez, la humildad, el respeto por lo demás y el uso de las buenas costumbre, fue un campesino sabio e inteligente, que con su apariencia tan humana, tan sencilla y tan corriente engañaba a la gente, nunca discriminó a nadie, fue ejemplo para la gente y para la sociedad, porque todos querían ser como él, comía en la misma mesa con sus trabajadores, un hombre que se volvió “comparación y dicho de la gente” porque cuando usted presumía, “le decían Rosendo Garcés” o simplemente le decían. “Ni Rosendo Garcés con tanta plata hace lo que tú haces” esto cuando alguien despilfarraba mucho dinero. Fue tan pulcro en el amor Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales que no tenía reparos con ninguno, mucho menos para tener sus hijos, porque cada muchacha que le gustaba, la compraba, le daba su dote y la hacía suya, no le importaba si quedaba embarazada mientras el, la frecuentaba donde ella vivía porque para él lo importante era que su familia creciera, al igual que se multiplicada sus cabezas de ganado, Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales, más que un romántico era un hombre que construyó su imperio de la vida y de su gran riqueza, fortuna que la hizo de la nada, pero con trabajo honrado y siendo un multiplicador de sus bienes.
Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales nació un 25 de julio del año 1916 en Montería la cuidad de las golondrinas, en una época como si nunca hubieran existido el renacimiento de las cosas buenas que el vio florecer, junto al nombre de las lanchas que un día viajaron por el rio Sinú, desde Montería a Cartagena, Montería Tierralta Y Rio Nuevo y viceversa, eso era de soñar, porque son recuerdos de periódicos viejos, que perduran en el tiempo, hechos que no fueron borrados nunca por la memoria, dónde solo fue testigo, el hermoso y mágico cielo azul, como si nunca en el remolino de la hacienda «El Torno» nunca se hubiera tragado y en él se haya hundido nuestro Titanic criollo el majestuoso gran barco el buque Montelíbano, donde Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales en él también un día viajó, porque fue la época de lluvias intensas, las de la comarca del sol brillante que bañó las crecidas Y turbulentas aguas del rio Sinú, en el tiempos de los noray de hierro en la muralla del rio donde se amarraban las embarcaciones, con el crecimiento desaforado del gran comercio de cosas, secretos propios de la vida y en que escondes el amor emulado del romanticismo del viajero, con sus viejas pasiones en la albarrada de bellos atardeceres con un mágico atardecer que trepaba la rampa del firmamento, sin olvidar tampoco ese septiembre que fue el mes del carángano quien fue la fascinación de un clima tropical fantástico.
Para expandir su emporio Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales, porque ni la presencia de los franceses y norteamericanos, encargados de la explotación de maderas y raíces silvestres» ya no era por la conquista de la selva inhóspita virgen, sino por el emporio de engrandecer la ganadería, en Montería a Mitad del Siglo XX y con ello comienza la historia empresarial de Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales quien es en el departamento de Córdoba es uno de los pioneros del agro con el algodón y el ganado, actividades que ayudaron al desarrollo de la economía de la región y del país. El primer cultivo de algodón con fines comerciales en la Costa fue en 1946 en Córdoba, gracias a Manuel Antonio Buelvas Cabrales y Andrés Guerra Dickson. Ázael Negrete Babilonia, Luis Miguel y Carlos Pardo García, Rosendo Garcés y César Navarro emularon la experiencia de los anteriores y sembraron algodón. Amplias extensiones de tierra cercanas a Montería fueron sembradas con la fibra, lo cual convirtió a esta pequeña ciudad en el centro algodonero del país. Las textileras nacionales crearon un mercado importante para el producto, que empezó a extenderse hacia otros departamentos de la región y a otras zonas del país. En 1948, con la reactivación del comercio internacional, empezó a debilitarse con la entrada de algodón importado a mejores precios. El vallenato Pedro Castro Monsalvo, ministro de agricultura de Mariano Ospina Pérez, creó en 1948 la Ley de Absorción Obligatoria del producto nacional, que obligaba a las empresas nacionales a utilizar las materias primas que se producían en el país. El algodón estaba entre estos productos, y la industria comenzó a crecer nuevamente. Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales, por su gran poderío económico se hizo partícipe de la creación del departamento de Córdoba, junto a otras figuran de la política como: Alfonso Cabrales Pineda, Luis Carlos Berrocal Lobo, Eugenio Giraldo Revueltas y Eusebio Cabrales Pineda, Manuel Antonio Buelvas Cabrales, Abel Guzmán, Abraham Pupo Villa, Miguel Escobar Méndez, Alcides Brú y Remberto Burgos Puche.
Se dice que su emporio ganadero comienza con su padre don por Francisco Garcés pero es Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales quien e convirtió en un reconocido ganadero de la región, propietarios de haciendas como Currayao, La Torpeza, Chavarrí, entre otras, quienes compraban grandes lote de ganado vendidos a importantes compradores de ganado de la época como Francisco «Pancho» Arias Paredes, quien venía desde Panamá para adquirir ganado en el Sinú; Abdón Espinosa y Miguel García Sánchez, este último con importantes propiedades ganaderas en Cereté.
Por eso podemos decir que un imperio económico no se hace ni se construye con bienes económico, sino que también se edifica con su estirpe, con su amor y con el número grande de miembros de la familia que posee, ya que Don Miguel Rosendo Garcés Cabrales, fundó también en su historia, en su vida una de las familias, más gigantescas, más ilustres y más ricas del departamento de Córdoba, de la ciudad de Montería, del Sinú y del país.