Nunca antes, en más de 50 años de gobernanza en el Magdalena, de los mismos de siempre o de las familias tradicionales, los alcaldes del Departamento habían siquiera intentado unirse para un fin común.
Siempre, cuando buscaban gestionar las obras o proyectos para sus municipios, le dejaban el liderazgo de gestión con el Presidente, al mandatario departamental,
Así venía y sigue funcionado el sistema político administrativo en cada región del país, es decir, los alcaldes gestionan con los gobernadores y estos últimos, a su vez, hacen lo propio con el Presidente de La República.
No obstante, la sola presencia en el cargo del nuevo Gobernador, quien es de un movimiento político que él creó con una fuerza cada vez más grande de ciudadanos, totalmente contraria a las corrientes políticas de esos 29 alcaldes, hoy unidos por una causa común sin precedentes, hizo que esos casi 30 alcaldes se buscaran para conformar una especie de sindicato y liderar ellos mismos sus gestiones directamente con el Presidente, el cual es también de la misma calaña o movimientos políticos de esos alcaldes, aun cuando otros son de corrientes afines.
Algunos ya han calificado esa unión histórica como una especie de insurrección a la institucionalidad de un sistema de gobierno que ha permanecido vigente hasta la fecha en todo el territorio colombiano. Sin embargo, para otros es una paradoja o algo contradictorio, por cuanto los insurrectos pertenecen a los grupos políticos que hacen parte de la derecha y ultradecha del país, los que siempre dicen respetar la institucionalidad del gobierno y señalar a los que tratan de no respetarla como unos insurrectos e izquierdosos.
Pues bien, resulta y pasa que esos alcaldes del Magdalena de la ultraderecha, liderados por un alcalde pomposo que hace unos cuantos días le concedió un contrato de 1.600 millones de pesos a una Iglesia de propiedad de la esposa del director de un noticiero radial de Santa Marta, para que diera clase a niños campesinos de la Sierra Nevada en plena pandemia, han dicho que su unión única se debe a que van a trabajar juntos sin la intervención del Gobernador, aparentemente como un gesto de inspiración personal, pero todo el mundo sabe que lo hacen porque no gustan del mandatario debido a que derrotó contundente y estrepitosamente a sus jefes políticos o mentores y los condenó a mantenerse alejados del poder, mientras él siga siendo protegido por el pueblo y Dios.
Sin duda, el triunfo de Caicedo de la mano del pueblo, para desterrar del poder a las familias y clanes políticos que gobernaron al Magdalena por más de 200 años, no ha sido todavía suficiente por cuanto aún mantienen sus larvas vivas que pudrieron por ese largo período la manera muy especial de gobernar este Departamento de más de cuatro siglos.
