Recientemente, en la rectoría de la Universidad de Córdoba sostuvimos un diálogo constructivo, franco y sincero con el alcalde de la ciudad de Montería sobre los grande temas y problemas de la ciudad; aspectos relacionados con los retos y apuestas por seguir construyendo una ciudad capital que cierre brechas sociales e incremente mayores índices de inclusión, equidad y progreso social.
Desde Unicórdoba ponemos a disposición de este propósito colectivo y humano, nuestras capacidades científicas; en el entendido de que, sin la ciencia no es posible el desarrollo y, por supuesto, reconocer la disposición y voluntad política del alcalde por trabajar en conjunto los próximos años alrededor de una agenda común acerca de: la Universidad de Córdoba en el sur de la ciudad, el bilingüismo, capacitación docente, arte y cultura, cultura física y desarrollo agropecuario.
En este sentido, necesitamos edificar una ciudad donde la ocupación y preocupación tengan que ver con el progreso social y humano. Montería es una ciudad que tiene 246 años; construida con esfuerzo y empuje de sus habitantes; tenemos una posición geográfica privilegiada, con un valle fértil bañado por un río que atraviesa la ciudad; todo ello hace que la ciudad goce de una localización estratégica para su crecimiento y proyección.
Recordemos que Montería fue fundada en 1777 por Antonio De La Torre y Miranda, que inició con un crecimiento lento y sufrió un estancamiento a comienzos del siglo XX, incluso, cuando fue creado el departamento de Córdoba y es convertida en ciudad capital, con 70.000 habitantes. En la década de los ochenta, la ciudad empieza un incremento importante de su población al superar los 150.000 habitantes. Este incremento es ocasionado por migraciones poblacionales de la zona rural, generado por la pobreza del campo agrícola y el conflicto armado en el sur de Córdoba; además, por las inundaciones del río Sinú en la cuenca media y baja provocando desplazamientos.
Esta complejidad social evidenció la incapacidad de respuesta de la institucionalidad territorial; precipitando un crecimiento espacial desordenado en la Ciudad; configurándose en una ciudad céntrica y otra periférica que, no ha podido integrarse por falta de políticas públicas de carácter social que garanticen derecho y generen justicia e inclusión.
En la actualidad, la capital cordobesa alberga 516.217 habitantes según el censo del Dane 2023, su pobreza multidimensional es del 27.1%; con 18.69% de NBI y 4.42% de su población en la miseria; sin embargo, en la zona rural, estos indicadores se incrementan ostensiblemente, registrando un 45.93% de necesidades básicas insatisfechas NBI y un 14.12% en condiciones de extrema pobreza. Igualmente, más del 80% de su población pertenece a los estratos 1, 2 y 3. Una tasa de desempleo del 12.6% a noviembre de 2023, la tasa de informalidad de 61.4%, esto evidencia el avance de la pobreza.
Estos aspectos han marcado el pasado y presente de la ciudad. Un liderazgo inaugural debe tener presente estas realidades históricas con las que hemos convivido de manera silenciosa e indiferentes; es decir, existe una deuda social acumulada que debe ser la prioridad en términos de gobierno y políticas públicas en las próximas décadas. La Unicórdoba ofrece su capacidad científica para pensar y actuar en términos de desarrollo y progreso social.