La Universidad de Córdoba, a través dela Facultad de Ciencias Agrícolas, sigue buscando solución de los problemas de seguridad alimentaria del Caribe colombiano y combatiendo el fenómeno de hambre oculta, a través del mejoramiento de alimentos tradicionales como el fríjol caupí, conocido popularmente como cabecita negra.
Un grupo de investigadores de la Institución, encabezados por el doctor Hermes Aramendiz Tatis, avanzan en el desarrollo de un nuevo material que superará las bondades nutricionales de la semilla “Caupicor 50”, que actualmente cuenta con autorización del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) para su comercialización por parte de la Universidad. El proyecto se adelanta con el apoyo de Colciencias, la Universidad de Córdoba y los gobiernos municipales de municipios de Sucre, Atlántico y Bolívar.
Aramendiz Tatis señaló que en la actualidad se están haciendo pruebas con nueve materiales de esta especie en cultivos experimentales en varias poblaciones del Caribe: Sampués, Sucre; Mahates, Bolívar; Polonuevo, Atlántico; en Cereté y en los predios de la Universidad de Córdoba, en Montería, con el fin de seleccionar la variedad que mejores propiedades nutricionales aporte en cuanto a porcentaje de proteínas, hierro y zinc y que también le entregue a los productores mejores rendimientos del alimento por hectárea. Destacó que estos materiales de fríjol biofortificado también tienen una alta tolerancia a la sequía.
Recientemente, en el municipio de Sampués, Sucre, se hizo un día de campo en el que participaron cerca de 200 personas pertenecientes a asociaciones de campesinos de este mismo departamento y de Bolívar, estudiantes de instituciones educativas agropecuarias de esa zona, funcionarios del ICA, Corpoica, Secretaría de Agricultura de Sucre, Cámara de Comercio de Sincelejo y empresas comercializadoras de semilla, en el que se evaluaron las bondades de los materiales sobre los cuales se viene investigando.
Los asistentes a esta jornada alabaron las bondades de estas nuevas variedades de fríjol caupí, mostraron interés en acompañar el proceso de investigación de la Universidad de Córdoba, de obtener la semilla y de poder usarla para desarrollar cultivos en sus parcelas que le ayuden a su economía.
El docente-investigador, Alfredo Jarma Orozco, quien asistió a este día de campo en representación del rector Jairo Torres Oviedo, manifestó que una de las misiones que tiene la Universidad es llevar la tecnología que se desarrolla en los laboratorios de la Institución a las comunidades. “Traemos a las fincas de los pequeños productores los mejores materiales, alternativas de solución a los problemas que los afectan y ese es uno de los propósitos institucionales de la actual administración de nuestra Alma Máter”, dijo Jarma Orozco.
Por: Oswaldo Marchena Mendoza Twitter: @marchenojob