Sobre el comentario de Paola Ochoa sobre Francia Márquez, ya que me han preguntado varios que qué opino, quiero decir que yo si entendí lo que esa cabeza de pinga quiso decir.
Paola Ochoa quiso decir que una mujer de la raza y el extracto de Francia es imbatible en las urnas en términos de “kilates populares”, y que cualquier otra vieja en Colombia va a aparecer menos popular que Francia. Por lo tanto, cualquier otra mujer candidata a la vicepresidencia será alguien con menos agarre entre los votantes del pueblo.
Valga decir que todo eso es cierto.
Aquí el problema es el tonito de mierda y las expresiones que uso esa cabeza de picha para expresar esa idea. ¿Qué es esa guevonada de “muy mona” y “muy maja”? ¿Por qué esa malparida tiene que hablar con ese tono de mierda?
Y ese problema, el del tono de mierda para hablar, está profundamente arraigado en la forma de comunicación de la llamada “gente bien” de Colombia. El tonito para hablar del colombiano de “bien” siempre ha sido condescendiente y “ninguneador”. Yo lo he dicho por aquí varias veces: el deporte nacional en Colombia, entre los estratos altos, es ningunear al prójimo. Y el segmento de la “gente bien” en Colombia posee infinidad de subsegmentos intermedios en donde un individuo de un aparente subsegmento “superior” ningunea a un individuo de un subsegmento visto como “inferior”. Así, si tú eres un “Vélez” o un “Lemaitre” de Cartagena y te crees el toro que más mea en Cartagena y la Costa, ninguneando todo a tu paso, vas a Bogotá y te sale un “Concha” o un “Sanz de Santamaría” que te ningunea a ti porque siente que él (o ella) es más que tú. El ninguneo nunca acaba, siempre hay alguien ninguneando a alguien en Colombia, así tanto el ninguneador como el ninguneado hagan parte del mismo medio.
Y, claro, entre dos individuos de estratos y razas diferentes este ninguneo se le sale a la gente de bien casi que por ósmosis. Paola Ochoa se percibe a sí misma como una paisa “distinguidísima”, muy blanca, muy de los “Ochoa” de bien (???? vaya usted a saber qué quiere decir eso), y ve en Francia solamente a una ex-empleada doméstica de raza negra. Entonces, su condescendencia de inmediato aflora porque en Colombia (y en toda América para ser justos) blanco es superior a negro, y los “Ochoa de bien” son más que los “Márquez” negros del Cauca. Y toda la gente de la clase de Paola Ochoa actúa y piensa exactamente igual a ella, sobre todo los paisas, que se creen más blancos que todo el mundo.
Y lo peor del cuento es que esa hijueputas dizque iba a ser la fórmula de Rodolfo Hernández para la vicepresidencia.
Gente como Paola Ochoa está podrida, dañada, quebrada moralmente y sin remedio.
Por eso ustedes me leen a cada rato haciéndole críticas a la autodenominada “gente bien”. Es así porque el problema es la “gente bien”, su visión de sociedad, su tono para tratar al resto de la gente, su condescendencia, su mierda. De hecho mi ambición más importante no es ayudar a que Petro sea presidente por razones ideológicas. Mi mayor ambición es colaborar en la DESTRUCCIÓN TOTAL del sistema de la gente bien. Elegir a Petro es solo un primer paso en ese objetivo. Ya después toca construir las bases para que esa estratificación perversa que existe dentro de la sociedad colombiana sea eliminada en favor de una meritocracia. Mi ambición es que de aquí a 30 años ya no haya hijueputicas hablando con el tonito de Paola Ochoa.
Por eso también odio a los paisas. Ese tonito de mierda que se gastan para hablar tiene que desaparecer. O aprenden a hablar con deferencia hacia el prójimo, o les sacamos la mierda a palo, pero esa mierda paisa se la sacamos porque se la sacamos.
Para eso si sirvo yo. Mi especialidad es bajarle “la pinta” a los que se creen más gente que otros. A mí me dejan 6 semanas a solas con Paola Ochoa, y se las devuelvo haciéndole venía a Francia, garantizado jeje…
Y no es que ahora los blancos le vayan a hacer venía a los negros, esa no es la idea. Es que Francia está ad portas de ser la próxima vicepresidente de Colombia y Paola Ochoa es un moco en la pared. Un moco no puede hablarle a tremenda mujer como Francia, o referirse a ella, con esa falta de deferencia y ese tono de mierda.
Yo estudié en un colegio de curas franquistas en Barranquilla, unos curas españoles agustinos que eran todos unos malparidos.
El colegio se llama Liceo de Cervantes, y puedo decir que, al final, ese hijueputa colegio no me dejo nada de valor, excepto una frase de Cervantes que aparecía en el libro de “control” en donde anotábamos las tareas. La frase decía:
“Nadie es más que otro si no hace más que otro”.
Eso fue lo único que me quedó de ese hijueputa colegio, una ética cervantina.
Francia Márquez es más que Paola Ochoa, porque ha hecho mucho más por Colombia y por su gente que cualquier cosa que Paola Ochoa haya hecho en su vida.
Solo por eso tienes que hablarle bien a Francia Márquez, ¡malparidita hija de puta!, no lo olvides…