Un rinoceronte se pasea orondo por el palacio presidencial de Colombia desde 1972, cuando se apoderó del Banco de Occidente. Y nadie lo ve. Ese rinoceronte está en todos los macronegocios del Estado, y también en sus escándalos financieros. El último caso es Odebrecht y la sospechosa muerte de Jorge Enrique Pizano y su hijo Alejandro. El rinoceronte tiene un nombre inequívoco: Luis Carlos Sarmiento Ángulo. El hombre que no le gusta el pollo sino la plata y el oro. Mucho oro. Y por algo le dicen el Rey Midas.
Comienzo de una caída
El golpe más demoledor contra el Fiscal Néstor Humberto Martínez Neira, y su defendido y empleador, Luis Carlos Sarmiento Ángulo, no provino del bien argumentado y contundente debate de los congresistas de la oposición de izquierda, en cabeza de Petro y Robledo.
Por el contrario, ese mismo día del debate, el golpe vino de alguien perteneciente a las entrañas mismas de los banqueros del mundo, Michael Bloomberg. Este financista —que es uno de los diez hombres más ricos del mundo, según Forbes— presentó en el portal de noticias de la empresa que dirige, la sorprendente noticia de que el banquero Luis Carlos Sarmiento Ángulo había perdido (¡óigase bien!), en menos de 20 días, la no despreciable fortuna de mil millones de dólares, alrededor $3,2 billones de pesos colombianos. Prácticamente, el equivalente al contrato de la Ruta del Sol II.
La caída en picada de este conglomerado y la estampida de sus inversionistas, huyendo de los papeles que este señor tranza en la Bolsa de Nueva York, se debió (¡óigase bien!) a la muerte del principal testigo en el escándalo de Odebrecht, Jorge Enrique Pizano, y al envenenamiento con cianuro de su hijo Alejandro. Para probar esta afirmación la empresa Bloomberg ilustra con un gráfico la situación mencionada. Se calcula que el grupo Aval, en lo que va corrido de 2018, perdió alrededor de 2.000 millones de dólares, algo más de 6 billones de pesos colombianos.
El bloque financiero colombiano enmudeció ante esta noticia y los medios, especialmente El Tiempo, propiedad del magnate Sarmiento, callaron. La élite dominante, incluyendo el Centro Democrático de Uribe, al unísono, diseñó una estrategia que tapó esa grave situación que está golpeando al corazón del establecimiento financiero y económico del país.
Mientras el sistema financiero chorrea sangre, corrupción y mierda por los poros, tenemos un fiscal ineficaz y cómplice de esta decadencia moral. Es un fiscal cómplice, porque sus shows mediáticos, acusando infundadamente algunas veces, a alcaldes y funcionarios de segunda categoría, se convierte en un verdadero distractor para enfrentar la esencia de la corrupción del país que está en la conducta de empresarios como Luis Carlos Sarmiento. ¿Cuál es la diferencia entre un empresario como Alfonso Hilsaca Eljadue y Luis Carlos Sarmiento? La única diferencia es que Sarmiento fue a Harvard e Hilsaca tuvo como universidad las calles de Mompox y Magangué.
Video distractor
Y encontraron el embeleco perfecto: el video de Petro. Este video fue un as debajo de la manga de los jugadores de póker del poder colombiano. La gente no es tonta, ni se va a comer sus bufonadas. Pero el video distrajo el foco de atención. El debate contra el fiscal Martínez y el escándalo de Odebrecht son hechos gravísimos, pero pasó a un tercer plano de la agenda informativa impuesta por esos mismos medios del poder financiero.
Si Petro hubiese ganado la presidencia, no hubiese gobernado ni un solo instante. Constantemente debería enfrentarse a situaciones como ese video. No tendría sosiego.
Por mucho que quieran tapar la caída de la estantería del rinoceronte Sarmiento, quien posee casi la mitad del sistema financiero de Colombia, la cruda realidad económica colombiana se podría complicar aún más, lo cual es implacable y contundente. No es terrorismo económico, es la pura verdad, lo dice Bloomberg, uno de los hombres más ricos del mundo.
Ya estará el fiscal Nestor Humberto Martínez diseñando la estrategia para decir que detrás de ese análisis está la mano “conspiradora” de Luis Alberto Moreno, presidente del BID. ¿Quién quiere desacreditar a un fiscal que fuera abogado a sueldo de Sarmiento y que por sus actos pecaminosos merece la suerte que tiene de ser cuestionado moral y éticamente? Bloomberg no es un pelele para ser utilizado por rivales financieros del grupo Aval.
¿Puede ser la gente tan tonta para comerse entero el cuento del «petrovideo», y desconocer que la muerte de los dos Pizano, padre e hijo es el iceberg de un escándalo que destapó la cloaca del sistema financiero y de la contratación estatal? ¿Puede este escándalo seguir sin consecuencias penales y políticas y evitar que la sangre colombiana siga alimentando a los cacaos más grandes del país? ¿Acaso los empresarios Nule no quedaron como aprendices para defraudar al Estado ante el escándalo Odebrecht? Si cayeron los Nule, que no solo eran contratista de la alcaldía de Samuel Moreno Rojas sino de la misma presidencia de Uribe, ¿la Fiscalía del hijo del hombre del palustre podría morder la mano de su benefactor?
¿Qué haremos los once millones de ciudadanos que salimos a votar por la transparencia y la administración decente de los recursos públicos?El mundo financiero nacional tambalea. Su fuente inagotable de riqueza es el pillaje, la podredumbre, y la sangre de la sociedad colombiana. El grupo Aval es solo un ejemplo.
Ojos abiertos
¿Quién se acordó del debate de Petro, Robledo y otros en el congreso contra el Fiscal y Odebrecht? ¿Por qué no se le permitió en el congreso a Petro responder los cuestionamientos por esa horrible escena del video? ¿Quién se dio cuenta del rinoceronte en palacio presidencial? ¿Quién se sorprendió por las revelaciones de Bloomberg y la debacle del grupo Aval a raíz de la divulgación de la misteriosa muerte de los Pizano? ¡Nadie!
El establecimiento político y los grandes medios de comunicación nos echaron tierra en los ojos. Y cuando apenas los medio abrimos, vimos a una histérica Paloma Valencia mostrando una parte del petrovideo sin audio. Y hasta hoy seguimos hablando de los fajos de billete que Gustavo Petro recibió en 2009 en una consulta popular del Polo Democrático por la candidatura a la presidencia de la República donde participamos Carlos Gaviria Diaz (QEPD) y este servidor.
El rinoceronte se pasea por los pasillos del poder del establecimiento colombiano. Nadie lo ve, ni lo verá ninguno. Somos una sociedad alienada. Tanto es así, que nos hipnotiza un video extemporáneo que no prueba nada, excepto que los candidatos deben romper por donde sea para financiar sus campañas políticas.
Las misteriosas muertes de los dos Pizano produjeron la debacle financiera del grupo Aval de Luis Carlos Sarmiento. En un solo día perdió mil millones de dólares en la bolsa de Nueva York. ¿Cuántos perdería si los estadounidenses supieran quienes financiaron a los escuadrones de la muerte que, en solo la Costa Atlántica colombiana, produjeron 400 masacres de gentes humildes del campo y la ciudad?
—Abuelo, qué me vas a regalar en navidad.
—Un rinoceronte, hijo, de esos que caben por debajo de la puerta.