En la Casa No 4 del North Frontier, un sitio exclusivo de la ciudad, murió el delincuente y nació la leyenda. El temible «Kike» Vega pasará a la historia del gansterismo de Barranquilla por ser un modelo de vida ―de todos los estratos― para los jóvenes del bajo mundo que sueñan enriquecerse de la noche a la mañana, pero sin esperanza y sin amor. Un guajiro que tomó las banderas criminales de su coterráneo y familiar, Wildon Gabriel Daza Mejía, alias «Gabi» Daza. sicariado en 2011. Este pasó de sicario de alias Caracol a jefe de Los Alcatraces y de la Banda de Los 40 en compañía de Javier Acosta Maestre, alias Baltazar, asesinado en 2019. sucesor de «Jorge 40». Mientras la Fiscalía clasificó la investigación como prioritaria y se la llevó a Bogotá.
Como se sabe, y como lo dijeron las autoridades, «Kike» Vega, así como su familiar «Gabi» Daza, eran consumados criminales. Los más temidos de su época que terminaron sus vidas a manos de otros criminales que ahora ocuparán los sitios privilegiados de la industria del crimen. Los contrabandistas, narcos y traquetos guajiros, formados en esa subcultura de la ilegalidad, la corrupción y de la competencia, debido a la ausencia de Estado, se expandieron a Santa Marta y luego a Barranquilla. Aquí sus industrias ilegales crecieron.
Cuando dimos la primicia de la viuda de «Kike» Vega,
En tanto que las declaraciones de la viuda de «Kike» Vega, Meili Daza Curvelo, caldearon los ánimos después de los funerales de su esposo e hijos. Ella le atribuía a Medicina Legal y a la Fiscalía la distribución de las fotos de los cadáveres de sus familiares. Pero como lo señaló en primicia VoxPopuli, esas fotos no salieron de esa institución, ya que las cubetas, el piso y la ropa de los operadores no corresponde a Medicina Legal. Probablemente sea en el sitio donde fueron preparados los cadáveres para los funerales.
La dirección de Medicina Legal hizo una visita en compañía de familiares para constatar lo que VoxPopuli Digital había advertido.
Así analizamos las fotos de los cadáveres de los Vega Daza
Luego de la fatídica fiesta de cumpleaños del 25 de octubre de 2022 en Puerto Colombia donde murió el cumplimentado Jonnathan Ospino Illera, sobrino de alias Negra Dominga, «Kike» Vega y su hijo Roberto Carlos Vega Daza, alias Beto, salieron ilesos de la refriega. La camioneta blindada Luxer los protegió al recibir 42 tiros de pistolas 9 milímetros y fusil 5.56 como el que usaba alias Deivi Parrilla. Pero en la Casa No 4 del North Frontier con 36 tiros mataron a los tres Vega.
Los atacantes de la Luxer comprobaron que Roberto Carlos Vega Daza, alias Beto, dio la orden de muerte del sobrino de alias Negra Dominga. Desde esos momentos se decretó la pena de muerte contra el victimario. Negra Dominga solo lo quería a él. Pero, por alguna circunstancia de la disputa, esa sentencia de muerte se extendió a todos los jefes de la banda de Los Vega Daza.
Por esa razón, pocos días después del doble crimen de la fiesta de cumpleaños, se difundió este mensaje por las redes sociales y que algunos medios analizamos en su momento:
«Se acaba de dar la orden de que revuelquen Barraquilla buscando a los de La Guajira. Están encaletados. La Sijín bloqueó las salidas y no pudieron salir de Barranquilla».
Esos mensajes estaban acompañados de armas con las cuales pensaban ejecutar la sentencia de muerte contra la banda de Los Vega Daza. Curioso, uno de los fusiles que mostraron en su estuche, es similar al de alias Deivi Parrilla. Los mismos fusiles que utilizaron para masacrar a la banda de Los Vega Daza. El 29 de junio de 2023, en North Frontier, no estuvieron de suerte Rafael Julio Vega Cuello (alias «Kike» Vega), y sus hijos Ray Jesús y Ronald Iván Vega Daza. El que sí contó con suerte fue Roberto Carlos Vega Daza, quien ordenó la muerte de Ospino Illera.
North Frontier y el fin de «Kike» Vega
«Kike» Vega hizo historia en el gansterismo regional durante más de dos décadas de vivir sabroso en esta ciudad que le abrió las puertas. Recibía las rentas de sus actividades criminales, gracias a la mirada complaciente de las autoridades, especialmente de la Policía y la Fiscalía. Se hizo innombrable, invencible e intocable.
Sin embargo, otros que también se creían lo mismo, acabaron con su alocada carrera criminal. Pensaba terminar como un viejo chocho al lado de su amada Neili Daza criando a los nietos que prolongarían su linaje criminal. Pero, 36 tiros de cuatro ráfagas de fusil 5.56 acabaron con esos sueños de poder, dinero y placer de «Kike» Vega y sus hijos.
En efecto, ahora se inicia la leyenda de uno de los traquetos más sobresalientes. Su organización, conocida en el inframundo delincuencial como Los Vega Daza, a diferencia de otras, era una empresa criminal familiar. Su jefe, en compañía de sus hijos, se creían los reyes de Barranquilla. Habían sobrevivido a varias guerras. Ellos se levantaron sobre los escombros de la organización criminal dejada por uno de los precursores del bandidaje familiar, alias Gabi Daza.
De Gaby Daza a «Kike» Vega
Cuando mataron a Gaby Daza en el norte de Barranquilla, estaba a punto de abrir su camioneta blindada de color azul. Pero, antes de poner su mano derecha en la manija de la puerta, cinco tiros recibieron en su espalda, pero no cayó. Su cuerpo quedó apoyado con el retrovisor de su camioneta. El sicario se acercó y le dio otros 5 tiros de pistola 9 m.m. directo a la cabeza. Y cayó. Atrás quedó una historia oscura de 25 años de homicidios, tráfico de droga, extorsión, secuestro y todo lo que la mente torcida puede producir. Así acabaron los años de Los Alcatraces, Los Alcatraces II generación y Los 40. La Banda de los 40 le prestaba servicios de ‘seguridad’ a las empresas de la red de testaferros o empresarios asociados a «Jorge 40».
Recordemos que Gaby Daza organizó su empresa criminal al lado de de su compadre y amigos, el expolicía Javier Acosta, alias Baltazar, quien en esos momentos tenía casa por cárcel. Y eso que era uno de los peores delincuentes de Barranquilla, sucesor de «Jorge 40». Sin embargo, el expolicía, delincuente paramilitar al servicio de la organización de «Jorge 40» y sus empresarios intocables, fue asesinado en el año 2019 en Santa Marta.
En tanto «Kike» Vega, según los antecedentes policiales, comenzó su carrera delincuencial en San Juan del Cesar, La Guajira. Terminó sus últimos días en su escondrijo de la Casa No 4 del conjunto residencial North Frontier de Villa Campestre. Está ubicado en la carrera 51C con calle 133 al noroccidente de Barranquilla, Atlántico.
La subcultura traqueta de La Guajira
La subcultura traqueta originada en La Guajira se ha extendido a ciudades importantes como Valledupar, luego a Santa Marta y por último Barranquilla. Es una actividad de la cual vive gran parte de la población. Y parece que esa actividad es normal. Esta masacre quedará en la galería de los ajustes de cuenta del inframundo de Barranquilla. North Frontiere fue el escenario del último suspiro de «Kike» Vega, uno de los delincuentes que actuaba bajo el abrigo de las mismas autoridades.
Desde la bonanza marimbera, la pelea intestina de las diferentes bandas guajiras dominaba las noticias de violencia hasta cuando hicieron presencia otros actores armados. Entró la guerrilla y luego el paramilitarismo que comenzaron a disputar las rentas ilegales del narcotráfico y el contrabando. El mismo Gabi Daza fue secuestrado por la guerrilla cuando estuvo en Venezuela huyendo de otros delitos que había cometido en Colombia. Pagó una multimillonaria suma por su rescate.