PETRO: EL NUEVO PRESIDENTE- Por: Carlos Andrés Cárcamo Álvarez

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Las elecciones del 19 de junio del 2022, indiscutiblemente, pasaran a la historia del país. El triunfo de Gustavo Petro demuestra la existencia de la voz de los otros olvidados o nadie que viven en el mismo territorio nacional, pero sin las mismas oportunidades, es un pueblo, excluido y condenado a la pobreza y a la miseria que reclaman justicia social. Ese pueblo, fue precisamente, la causa fundamental, que permitió que el líder de izquierda pudiera llegar a la presidencia.

Desde hace muchos años el país viene cambiando y sus elites en el poder han sido incapaces de interpretar el malestar que aqueja a ese pueblo colombiano. Los gobiernos tradicionales fueron inferiores y prefirieron continuar con las mentiras y seguir expandiendo los miedos y los odios para dividirnos, esa forma, vil de la política, nos dejó con profundas heridas y todo por no sacrificar ningún privilegio. La reflexión jamás fue una opción para las elites del poder.

Sin embargo, el mensaje del presidente electo Gustavo Petro, fue contundente y de tranquilidad, pidiendo la unión de todos los colombianos, por las causas justas del pueblo más necesitado, invito que todos nos sentáramos en una gran mesa de diálogos, tanto quienes acompañaron y no acompañaron la campaña, especialmente, la oposición que representa el pensamiento político del uribismo y de quienes creen en esa corriente de ultra-derecha.

Inmediatamente, paso a decirnos a todos que va a implementar el capitalismo como modelo económico y abandonar el seudo-feudalismo en que vivimos para así producir riqueza verdadera y pueda ser distribuida correctamente por un Estado social de derecho, demostrando, así, su talante de social demócrata. Sabe bien, que las formas de gobiernos del socialismo radical o del comunismo son conceptos anacrónicos en la era moderna.

La nueva izquierda cree en la democracia, en sentido, que los ricos tengan las garantías y las oportunidades de poder construir riqueza tranquilamente y, que los pobres, tengan la certeza de poder contar con la asistencia del Estado, para ayudarlos a superar la pobreza, pero siempre debe existir un equilibrio entre el capital y lo humano que refleje y pondere el respeto de la dignidad humana del individuo, es decir, los derechos fundamentales en una sociedad capitalista tienen mayor compromiso en ser efectivos y no teóricos, pues, la riqueza que construimos todos, es para el beneficio de todos.

El dialogo temprano de Petro con Biden, deja claro, que el nuevo gobierno de Colombia no es ninguna amenaza para la democracia, las libertades y los derechos individuales de nuestros ciudadanos y se hacen en el entendimiento de fortalecer unas relaciones bilaterales más igualitarias. En tal sentido, las mentiras del castrochavismo, la de la expropiación, la de que los capitales se irían del país y la de que nos íbamos a convertir como Venezuela de entrada quedan sin ningún piso, demostrándose, que todo fue una estrategia electoral para infundir miedo en el votante.

Por otro lado, Petro, no posee las mayorías en el Congreso de la República, significa que tendrá que dialogar y concertar muchas de sus reformas legales, siendo esto, una garantía más para la democracia checks and balaces (pesos y contrapesos) deduciéndose una relación no fácil para buscar la gobernabilidad. Petro, así, tendrá que sacar lo mejor de su talante y talento para lograr los acuerdos fundamentales que permitan la modernización del Estado colombiano.

En mi opinión, creo que no tendrá una oposición a la altura, Rodolfo Hernández tomo la curul del senado que le otorga la ley de oposición, pero no la ejercerá, las razones i) volvemos a lo de siempre, no conoce nada del Estado y de la rama legislativa y ii) al cambiar su juez natural, por aceptar la curul, automáticamente su proceso de corrupción lo asumiría la Corte Suprema de Justicia y sobre su cabeza va a pendular una espada de Damocles. En concreto, no será oposición dentro del Congreso de la República.

Los otros llamados serían los senadores(a) María Fernanda Cabal Molina, Paloma Valencia Laserna y Miguel Uribe Turbay del partido Centro Democrático, lo cuales no se destacan precisamente por presentar buenos argumentos, sino, más bien, en mentir y difamar mostrando escenarios apocalípticos con un gobierno de izquierda, será una oposición, de muy bajo nivel y contara seguramente con el apoyo externo de la revista semana (periodismo militante).

En resumen, Gustavo Petro, representa un cambio de verdad en contraste con los dirigentes tradicionales que conocemos y gobernaron al país, con seguridad, veremos un gabinete diferente y en los distintos órganos del Estado, un grupo humano muy pluralista, con participación fuerte de las mujeres, los negros, los indígenas y las comunidades de genero LGTBIQ+ como parte del proceso de inclusión social. Su compromiso será determinante y decisivo en el tema de la paz y de la justicia social, donde, las víctimas y los pobres, en una sola persona muchas veces, serán el eje central de su gobierno. Además, en poco tiempo ya deslumbra que va a ser un protagonista de la política internacional y que el país estará de epicentro de muchas conversaciones. Este es el nuevo presidente de Colombia.

Al margen: El gran derrotado de las elecciones fue el establecimiento y todo lo que incorpora: el empresariado evasor, los grandes medios de comunicación, el uribismo y todas sus múltiples formas de hacer daño, el país conservador clasista y excluyente que domina las posiciones del poder para su beneficio, los partidos políticos tradicionales que no representan al pueblo, las fuerzas militares que persisten en la guerra y la doctrina de la seguridad nacional, la mentira y el odio como forma valida de hacer la política y el candidato tik tok superficial de Rodolfo Hernández, última carta de la elite y donde quisieron refugiarse.

 

 

 


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