Todo una polémica se ha armado entre los internautas y seguidores de Andrea Valdiri, tras la publicación de una serie de fotografías en sus redes sociales como parte de su trabajo en una campaña publicitaria de vehículos, en la cual luce poca ropa.
En todo esto un usuario en esta red social Instagram, dejó su huella comentando su inconformidad con la decisión de la creadora de contenido de mostrar su cuerpo de manera explícita, teniendo en cuenta que tiene hijas que también la siguen en la plataforma.
El mensaje del internauta decía: “Sé que es figura pública, pero la primera me parece que es demasiado vulgar. Que recuerde que tiene niñas y que ellas están viendo estas cosas. Y si algún día ella quiere prohibirle algo a ellas, con qué moral lo va a hacer”.
Valdiri no lo pensó dos veces y respondió con firmeza y determinación: “La moral viene de las normas y costumbres que te inculcaron, somos de hogares diferentes; para mí, el desnudo es un arte y además hace parte de mi trabajo. Y como ese es mi trabajo y no el tuyo, yo lo hago y tú me ves”.
La influenciadora añadió además que: “En cuanto a mis hijas, las crío para que la realidad del mundo no las afecte, incluyendo los comentarios como el tuyo”. Para finalizar su respuesta, colocó la palabra “inquebrantables” acompañada de un emoji de corazón. Lea: ¿Padrastro?: el polémico calificativo de Andrea Valdiri a Saruma
Estas palabras no solo generaron una oleada de apoyo por parte de algunos seguidores, sino que también encendieron un acalorado debate en las redes sociales.
Otra usuaria salió en defensa de Valdiri expresando su descontento con las críticas: “Qué pereza la gente y sus mojigaterías. Mi hija tiene 20 años y yo fui mamá a los 16, y no por eso ella siguió mis pasos. Y no por eso me debo sentir sin la moral de decirle que ser madre adolescente no está bien. Me siento con todo el derecho de decirle que primero debe estudiar y formarse”. Lea: Luismi Yanes sale de Charanga Joven: “Recibí la noticia por una llamada”
Sin embargo, algunos usuarios se mantuvieron críticos y argumentaron que las fotografías eran, en efecto, “vulgares”, y que el hecho de ser una figura pública no debería normalizar este tipo de contenidos.