La comunidad LGBTI celebró su día internacional para rechazar la discriminación y la violencia contra sus integrantes, además de promover su dignidad, derechos de igualdad y celebrar la diversidad sexual y varianza de género, por esto las principales ciudades del país se llenaron de color, donde con bailes, comparsas y pancartas pedían a la población más que tolerarlos, aceptarlos tal como son.
Esta comunidad ha padecido la estigmatización, intolerancia, discriminación y violencia de una sociedad que no los acepta, que rechaza su condición y hasta su existencia, condenándolos a la exclusión social, vulneración de sus derechos, dignidad y poniendo en riesgo su seguridad e integridad, lo que va en contravía de la constitución y las leyes.
A través de su lucha la comunidad LGBTI ha logrado grandes avances, que ha permitido al Estado y la sociedad reconocer algunos derechos claves, como reconocer que son familias, la igualdad y libre opción sexual, unión marital de hecho y derechos patrimoniales, pensión y salud, entre otros, pero aún faltan muchos que todavía no son plenamente reconocidos, por ello siguen en pie de lucha y exigen el pleno reconocimiento y respeto a sus derechos.
Estoy de acuerdo con el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBTI, tengo conocidos y amigos en este grupo social, apoyo su lucha, exijo respeto y garantías para estas personas, seres humanos que han sufrido el rechazo, agresiones, persecuciones y la violencia por su condición.
Pero así mismo estoy en desacuerdo con las actuaciones y el proceder de algunos miembros de esta comunidad que con la excusa del derecho a la libertad, libre desarrollo de la personalidad e igualdad se extralimitan con manifestaciones públicas que atentan contra la ética, moral y las buenas costumbres, que generan el rechazo social.
Es reprochable, injustificable y censurable desde todo punto de vista que en presencia de niños, <los cuales no tienen una madures intelectual y psicológica> hagan manifestaciones explicitas de amor y desnudes o ironicen con las figuras religiosas, si estos actos son criticados, sancionados y castigados a las personas heterosexuales, la comunidad LGBTI debe asumir normas de conductas idóneas que permitan una convivencia pacífica y armónica u contrario sensu ser penalizados por las leyes.
La comunidad LGBTI debe tener claro que la lucha de sus derechos es valedera, pero que esos derechos llegan hasta donde comienzan los derechos de los demás, que no pueden trasgredir esa línea, que así como piden respeto, tolerancia y aceptación a su condición, creencias, forma y modo de vida, ellos deben hacer los mismos con los demás miembros sociales.
Por eso los exhorto a que luchen por sus derechos e ideales, pero que lo hagan bajo el respeto hacia los demás, conservando la dignidad, ética y decoro, para de esta manera garanticemos el orden social, sana convivencia y tolerancia, donde prevalezca la inclusión social y armonía.
La luchar contra la homofobia, discriminación, segregación social y violencia por la condición sexual de las personas debe ser un compromiso de todos, así mismo debe ser el compromiso y decisión de los miembros de la comunidad LGBTI de respetar los derechos de los demás, solo así podremos soñar con una convivencia grata y tolerante.