Después de una semana de haberse posesionado como director del Dapre, Jorge Rojas Rodríguez, se vio precisado a renunciar luego de ser el segundo hombre más importante del Palacio de Nariño.
Yo lo sabía, horas antes del polémico Consejo de Ministros estaba convencido que Roja no iba a negociar su dignidad. Según mi fuente en Palacio de Nariño, el presidente Petro le había confirmado a Rojas la decisión de nombrar a Armando Benedetti como jefe de despacho, cosa que no cayó bien ante su interlocutor, quien de inmediato mostró su desacuerdo con la decisión del Presidente y antes de ingresar al Consejo de Ministros Rojas Rodríguez le había presentado la renuncia al mandatario de los colombianos. Ahora lo preocupante de toda esta situación, es que el Presidente pierde a su mejor aliado ideológico y político, además, con sensatez ante los medios de comunicación que están al servicio de la oposición.
Rojas también tiene la prudencia de negociar en medio de cualquier tormenta política, porque su nivel de perseverancia se mantiene dentro de sus propósitos. En la historia siempre ha habido un Santander y Benedetti tal vez no será inferior a esas circunstancias, pero como yo conozco muy bien al doctor Jorge Rajas, se que su dignidad jamás sería negociada.
También aseguro que muchos Ministros, directores de institutos descentralizados y funcionarios de alto nivel, renunciarían a sus cargos para apoyar al exembajador y vicecanciller Rojas Rodríguez.
La renuncia del exdirector del Dapre también me dará la razón a mí, y al columnista Felipe A. Priast, donde en repetidas ocasiones hemos afirmado que Laura Sarabia y Armando Benedetti no son prenda de garantía para el Gobierno del Cambio. Ahora no se, si para el soberbio amigo y paisano Gustavo Petro Urrego, Laura y Armado Benedetti terminen siendo un ‘mal necesario’.