Barranquilla se despierta este miércoles con una cruz de ceniza en la frente y más de 10 muertes violentas. Y desconoce que Carlos Prasca es un recto(r) CHIQUITO para una universidad GRANDE como la del Atlántico, puesto que se ha convertido en un rey de burlas. Su conducta obscena y acusado de acoso sexual, redujo a la mínima expresión la dignidad de una comunidad universitaria.
Prasca pasará a la historia de la Universidad del Atlántico no por sus logros administrativos y académicos, sino por ser amante del culo de sus presuntas víctimas de acoso sexual. Si un técnico de fútbol fue despedido por ser acusado de acoso sexual, ¿por qué a un rector de una universidad pública como la del Atlántico, sigue en el cargo? Entre más grande sea la institución, más grande debe ser la exigencia moral y ética de su líder.
Prasca frente a Lacan
La conducta lacaniana (del psiquiatra francés y seguidor de Simon Freud, Jacques Lacan) podría explicar las apetencias sexuales del rector Carlos Prasca. Apetencias que son parte de su intimidad y deben ser respetadas, siempre y cuando no afecten los derechos de sus semejantes. En realidad yo llegué a Freud por intermedio de Erich From cuando leí su ensayo sobre «La revolución sexual de los jóvenes». Y allí conocí a Lacan. Buscaba explicarme el porqué de mi apasionado interés por el sexo en una época que se le consideraba como algo pecaminoso. Era un bisoño en todo. Y me incliné por una contraeducación en la Barranquilla de aquella época en que no se toleraba que uno fuera a escuchar salsa en la 21 en compañía de su novia.
Uno de los estudios más famosos de la subconsciencia que conozco, fue cuando Lacan investigando los sueños eróticos de uno de sus pacientes, que soñaba frecuentemente que a su esposa la penetraban delante de él, descubrió que eso le gustaba. Pero Lacan fue al fondo del asunto y encontró en el subconsciente del individuo que en realidad lo que a él le gustaba era que lo penetraran por el ano. Esto es, descubrió que su paciente tenía una mente homosexual, pero que no se había atrevido a destaparse porque no sabía de su verdadera apetencia. Es decir, era un marica tapiñero que ocultaba inconscientemente su verdadero ser, el otro Yo.
No obstante, es menester aclarar que no se está lanzando la hipótesis de que a Prasca le suceda lo mismo que al paciente lacaniano. También es de aclarar que el cuestionamiento al rector Prasca no se debe a que le guste el sexo anal, sino a que es acusado por su acoso sexual contra chicas universitarias, lo cual es distinto.
El periodista sugiere que al interior de la comunidad universitaria también se desarrolle un debate académico sobre la presunta conducta lacaniana de un rector que le gusta el sexo anal. Sería un debate para alquilar balcones y desmitificar un hecho tabú. Lucio se ofrece como moderador.
¿Hubo acoso sexual? Es un delito que la Fiscalía debe investigar y un juez juzgar. La insubsistencia de Prasca no significaría que lo estén condenando de antemano. No. Su insubsistencia sería un mensaje que el umbral moral de la comunidad universitaria no sería chiquito (bajito) sino digno de los valores humanos degradados por una sociedad barranquillera que suele decir con respecto a la conducta de Alex Char: “El alcalde roba, pero hace”. ¿Se podría decir lo mismo de Prasca? “El rector es acosador sexual, pero hace“? Las dos conductas son criminales, porque están tipificadas como delitos. La sociedad le da un poder a los jueces para que juzguen dichas conductas. Pero si la sociedad está relajada, ¿cómo estarán los jueces?
La insubsistencia a Prasca es urgente. Verano no debe tolerar ni siquiera una sospecha de conducta acosadora de Prasca. Y si los videos y audios difundidos por las redes sociales pusieran a Prasca como amante del culo de los chicos y no de las chicas, ¿los directivos universitarios y el gobernador Verano serían tolerantes? El machismo hace chiquito el umbral moral de los individuos, porque a Carlos Prasca el Consejo Superior lo quiere mostrar como un Don Juan Tenorio o un Virrey Solís.
Preguntas urgentes
¿Por qué el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, sigue con los pantalones abajo? ¿Por qué no se ha puesto los pantalones y ha declarado la insubsistencia de Prasca? ¿Está esperando que el caso se enfríe como se lo aconsejaría Arturo y Alejandro Char? ¿O esperarán a que Fernando Carrillo lo destituya, como en efecto, se ve venir con la suspensión por tres meses del cargo anunciado en el preludio del Carnaval de Barranquilla?
Son preguntas problemáticas para un Consejo Superior que se ha venido a menos, cuya mayoría fue constituida bajo el imperio del fraude y de la maroma judicial orquestada por el poder imperial de los Char. La dignidad es un valor intrínseco que todos tenemos, pero pareciera que la mayoría del Consejo Superior desconoce los valores del ser humano. ¿Qué dicen los representantes de los gremios, del presidente Iván Duque y del ministerio de Educación? Por favor, que un periodista le pregunte a Duque sobre la conducta de su representante en el Consejo Superior de la Universidad del Atlántico.
Probablemente Carlos Prasca, después de cuatro días de jolgorio carnavalesco, hoy aparezca con la cruz en la frente y pida perdón por su conducta chiquita o chiquitera. Si el recto(r) tiene dignidad grande, debe renunciar y no esperar a que la Procuraduría lo declare insubsistente. ¿O esto es lo que está esperando Verano para lavarse las manos como Pilatos? ¿Le tiene miedo a los Char? A un hombre del porte presidencialista de Verano no le debe temblar la mano, y debe convocar esta semana a un Consejo Superior para tratar un solo punto: la declaratoria de insubsistencia de Prasca.
¿Acaso están esperando que salgan más audios y videos obscenos donde Carlos Prasca aparezca como un gran protagonista de películas porno al mejor estilo de Nacho Vidal? ¿O la parálisis moral de los directivos de la Universidad del Atlántico es una solidaridad de cuerpos para tapar la conducta sexual de otros directivos?
Prasca con una cruz en la frente
Mientras tanto, el movimiento estudiantil debe tomar como bandera en los próximos días la exigencia de la salida de Carlos Prasca, rey de burlas de una sociedad que se debate entre una conducta pacata, por un lado, y por el otro, un comportamiento relajado frente a los valores humanos de transparencia, dignidad e integridad personal.
A un técnico de fútbol, como Didier Luna, lo despiden sin ninguna contemplación, porque fue acusado de acoso sexual por la fisioterapeuta de la sub17 femenina. Pero a un rector, cuya dignidad debe ser más grande, los directivos del alma mater lo mantienen en el cargo. ¿Acaso esta conducta del Consejo Superior de la Universidad del Atlántico también es chiquitera? ¿Podría ser una solidaridad de cuerpos para esconder el lado oscuro de su conducta moral?
Después del guayabo carnavalesco, los barranquilleros se despiertan con una cruz en la frente, más de 10 muertes violentas y la suspensión por tres meses de Carlos Prasca. La Procuraduría puso en alto los valores morales y éticos y, sobre todo, la intención de acabar con la impunidad del acoso sexual producto de mentes oscuras que se valen de su posición dominante para someter a los más débiles. ¿Qué dice el presidencialista Eduardo Verano de la Rosa? La Uniatlántico tiene un rector chiquito.