Tras los enfrentamientos que se han registrado los últimos días en La Plata, Huila, el presidente Gustavo Petro, trazó una ruta que permitirá recobrar la tranquilidad en esta región del país. Para ello el jefe de Estado se reunió con las autoridades locales de la Alcaldía, de la Gobernación del Huila; el alcalde encargado, los mandos militares de la zona, en el territorio y nacionales, dirigentes de la comunidad, presidentes de Acción Comunal, básicamente de las veredas en donde han ocurrido los hechos.
En primer lugar, el presidente lamentó el asesinato de la menor Harlin Mosquera Usa, de casi 4 años de edad, realmente 3, quien cayó en materia de investigación ya de las autoridades judiciales, víctima del enfrentamiento que hubo allí, en ese lugar, entre el Estado y el grupo Estado Mayor Central.
El presidente Petro destacó puntos de gran importancia:
En la reunión hemos establecido, en primer lugar, que la negociación plantada con el Estado Mayor Central, alrededor de su desmantelamiento, se centra antes que nada en el cese de hostilidades contra la población civil y los excombatientes que firmaron la paz en Colombia.
No es la prioridad el cese al fuego entre el Estado y la organización armada ilegal, sino que es fundamental, antes que nada, el cese de hostilidades entre la organización armada ilegal y la población civil, bajo las formas que vienen creciendo en el país, llámese extorsión, llámese secuestro, llámese confinamiento, llámense desplazamientos forzados, etc.
Este es un primer elemento que debe quedar claro, no es la prioridad cesar la lucha entre Estado y la organización ilegal. La prioridad es que la organización ilegal respete integralmente los derechos de la población.
En segundo lugar, se viene repitiendo en varios lugares del país la tesis de que la Fuerza Pública debe abandonar el territorio, no, la Fuerza Pública no abandona el territorio.
Si llegamos a acuerdos definitivos, la Fuerza Pública sigue en el territorio, por ningún motivo y menos en las circunstancias actuales, se puede presentar un hecho como un abandono de la Fuerza Pública de un territorio concreto en ningún lugar del país.
Para la Policía Nacional y para la Fuerza Pública en general, el Ejército en el territorio, su prioridad es la protección de la población civil, es más, la alianza con la población civil.
Lo que propendemos es que la Fuerza Pública, el Ejército Nacional pueda establecer una alianza concreta y permanente con el campesinado de Colombia sobre la base de un mejor vivir del campesinado, de posibilitar mejores ingresos del campesinado, de que la vida campesina y rural en Colombia pueda adquirir muchísima más dignidad y calidad que la que hoy tiene, deteriorada por muchas circunstancias.
Uno de los hechos que provoca la agudización del conflicto en esta zona es el tránsito que existe de marihuana producida en el Cauca hacia el Brasil, y que hace del Huila un territorio de tránsito. Esto ya no debería estar ocurriendo si el Congreso hubiera aprobado la ley que tuvo a su disposición.
Entre menos economía ilícita exista, más paz podemos lograr. Hoy hay dificultades para las organizaciones ilegales de acumular dineros a través de la cocaína por el cambio de estructura del consumo de drogas en los Estados Unidos.
Y eso hace que, entonces, presionen aún más a la población civil extorsionándola. Se ha convertido esa organización ilegal en un ejército de ocupación con capacidad de extorsión generalizada.
Lo que debe hacer el Estado es lo contrario.
La organización armada del Estado, la constitucional, el Ejército de Colombia, debe construir —lo viene haciendo ya— una alianza permanente con el campesinado de Colombia para que éste, en lugar de ser extorsionado, pueda tener más ingresos y vivir mejor.
En el caso de La Plata y en general del Huila, tenemos la región de mayor producción cafetera de Colombia.
El café viene sufriendo caídas en su precio internacional y ante el ascenso del precio de fertilizantes y otros insumos, la rentabilidad del café campesino se ha desplomado. Con incremento de la pobreza en muchas regiones del Huila, de Nariño, del Cauca y de Colombia.
Una de las políticas centrales de mi Gobierno es recuperar esa rentabilidad. Y esa rentabilidad, que implica mejores ingresos y mejor vida al campesino y la familia campesina cafetera, tiene que ver con que caiga el precio de los fertilizantes.
Con el Gobernador del Huila (Luis Enrique Dussán López) tendremos que establecer un plan para que los fosfatos que se extraen en el departamento puedan ser insumo para la producción de biofertilizantes en el departamento del Huila.
Con la capacidad de que deben ser más baratos y si no deben ser subsidiados por el Gobierno para aumentar la rentabilidad de la producción cafetera en el territorio huilense, nariñense y caucano y en general de toda familia campesina cafetera.
Estos son los puntos de esta reunión. Si tenemos un campesinado más unido, más rico, con un mejor nivel de vida, tengamos la seguridad de que vamos camino hacia un reemplazo de economías ilícitas por economías lícitas, que es el verdadero nombre de la paz.