Presidente Petro: ¡Cierre Caregato! (I)- Por: Lucio Torres

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¿Quiénes pueden conocer la situación que se vive en la subregión de La Mojana que sus propios pobladores? Pues bien, las comunidades le gritan con clamor al presidente Gustavo Petro: ¡Cierre Caregato! Este chorro del río Cauca, ubicado en San Jacinto del Cauca, se rompió en agosto de 2021. Desde entonces, más de 63 mil familias sufren las consecuencias de las inundaciones.

Este periodista pudo entrevistar a algunos líderes y personas que conocen a cabalidad el complejo problema ambiental y humanitario que se vive en esa zona que afecta directamente a todo un ecosistema de tres departamentos: Sucre, Córdoba y Bolívar. Ellos sustentan el imperativo propuesto al presidente para que ¡Cierre Caregato!

En ese sentido, el abogado Mario Ojeda, quien tiene una pequeña propiedad anegada desde hace más de un año, seguidor y animador del Pacto Histórico, estima que el fundamentalismo del gobierno nacional le impide entender el clamor de las comunidades para que cerrar Caregato.

¿Por qué claman el cierre Caregato?

El gobierno nacional con la ministra de Agricultura buscando solución a La Mojana. El cierre de Caregato es necesario para la búsqueda de una solución.

El gobierno nacional con la ministra de Agricultura, Cecilia López, buscando solución a La Mojana. El cierre de Caregato es necesario para la búsqueda de una solución.

La pregunta que los expertos de prevención de desastre y sus asesores ambientalistas no se han hecho es por qué razón las comunidades están pidiendo el cierre de Caregato. La complejidad ambiental de La Mojana no la han entendido los ambientalistas fundamentalistas del gobierno central. ¿Por qué? Esta subregión está determinada por un complejo lagunar entretejido para formar lo que se llamó la Depresión Momposina. Esta tiene como finalidad ambiental regular los cauces de los ríos Magdalena, Cauca y San Jorge.

Sin embargo, debido al abuso en la explotación minera legal e ilegal y al fenómeno de la erosión, los caños y lagunas que hacen parte de esa complejidad hídrica, sus niveles de profundidad han llegado a estado crítico debido al proceso de sedimentación que sufren sus lechos. Esta es la causa fundamental del problema ambiental de La Mojana. Esta causa se debe atacar en forma estructural y estratégica.

Desde la Misión Holandesa se viene consumando un crimen ecológico en todo ese ecosistema. Este crimen se manifiesta en el desecamiento de ciénagas y caños que constituyen una red hídrica que la da vida al mismo ecosistema. Pero al construirse los jarillones para detener las inundaciones lo que ha provocado un desequilibrio de la naturaleza. Esos lechos los han rellenado convertirlos en fincas o proyectos de vivienda. Así han cercenado su papel funcional como drenaje natural. Hasta hace 40 años actuaban como si fuera una inmensa esponja. Cuando había abundante agua, las absorbía. Cuando había sequía, sus aguas fluían y regaban naturalmente las tierras que los campesinos anfibios las usaban para cultivos transitorios. Esto lo vivimos desde pequeños en la Ciénaga Grande de Versalles.

El profesor Daniel Menco, 70 años, por su parte, oriundo de esa región, dijo que cuando estaba jovencito, en la ciénaga de San Antonio el cieno le llegaba a la rodilla. Ahora le llega al pecho. Sin considerar que hoy está más alto que cuando solo tenía 10 años.

Solución estructural

El Departamento Nacional de Planeación (DNP) en 2022 aprobó dos iniciativas. Un mes después del primer CONPES de Declaración de Importancia Estratégica Regional (DIER) en la historia del país, se aprobó el CONPES 4084 de Política que plantea acciones de las entidades del orden nacional para que, en conjunto con las comunidades y las autoridades regionales, se promueva el desarrollo agropecuario sostenible, la conservación de los ecosistemas de humedal y la competitividad en el territorio. Estas iniciativas comprometen recursos en infraestructura del Sistema General de Regalías y del Presupuesto General de la Nación por más de $1,8 billones para mitigar las afectaciones por inundación en La Mojana.

Los pobladores de La Mojana, ancestralmente están ligados al agua como fuente de riqueza y de vida. Las inundaciones de las zonas bajas no fueron problemas, salvo aquellos períodos donde el volumen de las precipitaciones era excesivamente superiores dado a fenómenos climatológicos. Por ejemplo, los fenómenos como La Niña o El Niño que producen mayores precipitaciones o sequías, según el caso, nuestros antepasados indígenas zenú y malibú lo resolvieron mediante una relación amigable con el agua. De aquí proviene el concepto de cultura anfibia que popularizó el sociólogo caribe Orlando Fals Borda, nativo de Magangué, la capital de esa «cultura anfibia» regional.

«Por tanto, —dijo Fals Borda en esta investigación— no puede entenderse una formación social sin expresiones geográficas, políticas y temporales concretas: se mueve cada vez en un tiempo, en un espacio, y en una estructura social determinados. Gallissot nos define una formación como “secuencias históricas situadas espacialmente”, con agrupamientos humanos de producción que constituyen formas sociales secundarias tales como familias, comunas, aldeas, caseríos, vecindarios (que en sociología rural se estudian como grupos ecológicos humanos) y, esencialmente, con comunidades de reproducción, entendiendo a ésta como reproducción ideológica, cultural, demográfica y de fuerza de trabajo». (FUNDAMENTOS DE LA CULTURA ANFIBIA).

Las negritas, fuera de contexto.

En ese marco conceptual se debe entender la «cultura anfibia». No es un palabrerío. Es un concepto. Pero también es una realidad. Una praxis social que el presidente Petro debe entender dentro de su discurso de adaptación al cambio climático. El discurso del pueblo zenú fue su práctica. Las ciénagas y caños eran los vasos comunicantes de un ecosistema lleno de vida. El discurso eurocéntrico del medio ambiente no entiende esta cosmovisión del Caribe colombiano. Es un discurso hermoso, pero sin el contenido que le da la humanidad.

Gobierno sin palabras

No obstante, el gobierno no entiendo de «cultura anfibia». La población de La Mojana lleva siglos aplicando esa cultura. Mitad del año en tierra y mitad en el agua con una relación armónica con su entorno. Equilibrio total. Per se, las inundaciones no eran una tragedia para ese pueblo anfibio, hasta cuando vino el desarrollo insostenible que trajo miseria, pobreza y muerte.

El gobierno nacional instrumentaliza el diálogo nacional para desactivar la protesta social. El diálogo así, pierde su importancia porque se reduce a una palabra hueca, sin sentido y sin contenido. El diálogo debe ser funcional para las comunidades y no para el gobierno. Lograron suspender el paro cívico que tenía programado la Mesa Pacto Social por La Mojana, pero no resolvieron el problema. Incumplieron la palabra.

Por esa razón, los líderes de este movimiento cívico consideran que el gobierno de Petro no tiene palabra. La UNGR, el DAPRE, Mininterior, Minagricultura, Minambiente, Mintransporte y Findeter no están entendiendo lo que es la «cultura anfibia». Este desconocimiento está empujando a la subregión hacia un desastre ambiental y humanitario.

El cierre de Caregato es un acto prioritario. Pero también significa la incomprensión del gobierno nacional del fenómeno conocido como cultura anfibia al proponer como solución estructural la reubicación de la población. Esta medida va en contravía de todas las evidencias sociológicas y culturales que la misma población le ha expuesto al gobierno nacional.

De igual manera, el no cierre de Caregato manifiesta el incumplimiento del presidente Petro del acta firmada el 22 de noviembre de 2022 por altos funcionarios, entre ellos, Lilia Solano, la viceministra del Interior para el Diálogo Social y la Igualdad y Derechos Humanos. Ellos se comprometieron cerrar Caregato en un mes con el Batallón de Ingenieros Militares y la Fuerza de Tarea Aquiles. Llegaron a la reunión del 30 de noviembre en San Marcos y no había acciones concretas. Pasó diciembre y la misma situación. Esto llevó a la población realizar bloqueos de la vía que une a Antioquia con la región Caribe el pasado 18 de enero de 2023.

Por el contrario, se evidenció un desconocimiento del gobierno nacional de la complejidad ambiental y cultural de La Mojana. Los líderes acusan al director de la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Javier Pava Sánchez, a la ministra del Medio Ambiente, Susana Muhamad y a la senadora aliada del gobierno, Isabel Cristina Zuleta, como fundamentalistas ambientalistas que desconocen el fenómeno de la «cultura anfibia». El cierre de Caregato es un paso inicial y transitorio hasta cuando se realicen las obras estructurales y estratégicas contempladas en los CONPES aprobados hasta ahora.


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