En la Casa de Nariño se reunieron por primera vez el presidente Gustavo Petro y la nueva fiscal general electa, Luz Adriana Camargo. Ambos sostuvieron una charla en el despacho del mandatario sobre los objetivos en la política penal para los próximos cuatro años. Camargo resultó elegida con 18 votos en la quinta sesión de la sala plena de la Corte.
“Todo el éxito en su gestión para liberar a la entidad de las mafias”: reacciones ante la designación de Camargo como fiscal general
“El jefe de Estado expresó su satisfacción al ver que la Fiscalía General de la Nación está ahora liderada por una mujer con profundo conocimiento de la entidad, así como una extensa trayectoria profesional y académica en la lucha contra la impunidad”, dice el comunicado emitido por la Presidencia de la República.
Esta reunión rompe con más de un año de una animadversión pública entre el mandatario, el exfiscal general, Francisco Barbosa, y la vicefiscal y fiscal encargada Martha Mancera. La división fue tan grave que Petro llegó a decir que la Fiscalía era “dirigida por una mafia”, y Barbosa señaló en numerosas oportunidades que el presidente “no representaba la institucionalidad”.
El comunicado agrega que el presidente reafirma su “compromiso con la independencia judicial y la separación de poderes”. Esta es también una afirmación relevante porque otro de los puntos de discordia entre Petro y Barbosa fue que el jefe de Estado señaló en un momento que este era el “superior jerárquico del fiscal”, a pesar de que el diseño constitucional de la Fiscalía -que nació en 1991- señala que el fiscal no tiene superior ni jefe y es autónomo e independiente del poder ejecutivo.
También señala una petición concreta del mandatario. “Enfatizó en la importancia de que la Fiscalía se abstenga de utilizar su poder para perseguir a ciudadanos por motivos políticos o económicos, y en su lugar, proteja a la población contra grupos criminales”, añade.