Pruebas Pisa ¿Será un fracaso el sistema educativo? Por: Jairo Torres

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Recientemente, conocimos los resultados de las pruebas Pisa que se realizan cada tres años a escala internacional; en esta ocasión, Colombia ocupó el penúltimo lugar entre los países de la Ocde, en las siguientes áreas del conocimiento: matemáticas, ciencias, comprensión lectora, ortografía, morfosintaxis y morfología; en donde ocupamos el lugar ya mencionado; lo que indica que, somos un país que poco lee.

Cabe señalar que, en el año 2022 participaron 690.000 mil estudiantes a nivel global y nacional y 7.084 estudiantes de instituciones públicas, privadas, zonas rurales y urbanas.

El nombre Pisa corresponde a las siglas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos. Es un proyecto de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), cuyo único propósito es evaluar la formación de los alumnos cuando llegan al final de la etapa de enseñanza obligatoria, aproximadamente hacia los 15 años. Hay que destacar que, el Programa ha sido concebido como un recurso para ofrecer información; de esta forma, los países miembros adopten las decisiones y políticas públicas necesarias para mejorar los niveles educativos. La evaluación cubre las áreas de lectura, matemáticas y competencia científica. El énfasis de la evaluación está puesto en el dominio de los procesos, el entendimiento de los conceptos y la habilidad de actuar o funcionar en varias situaciones dentro de cada dominio.

Estos resultados han generado todo tipo de comentarios y opiniones que oscilan en los extremos, desde el pesimismo, fracaso y propuestas de lo que se debe hacer para que el país asuma e implemente los correctivos y decisiones que la evaluación aporta; diseñar e implementar políticas públicas en materia educativa. En reflexiones recientes hemos manifestado que en el contexto internacional nos ubicamos entre los países con peor desempeño de la región en las pruebas Pisa, con puntajes por debajo de los países de la Ocde y de la mayoría de los países latinoamericanos. Además, los estudiantes del nivel socioeconómico más bajo, que habitan en zonas rurales y que asisten a colegios públicos han presentado sistemáticamente los peores resultados en las pruebas estandarizadas. La brecha entre el quintil de ingresos más rico y el más pobre, es de casi 100 puntos en cada una de las áreas evaluadas de la prueba Pisa en jóvenes de 15 años.

En cuanto al género, también hay diferencias, donde los hombres tienen mejor desempeño en áreas de matemática y ciencias, mientras que las mujeres muestran mejores resultados en lectura. En este sentido, los resultados de las pruebas Pisa dependen de la tendencia de los resultados de las pruebas Saber 11, donde encontramos una persistencia de las brechas sociales y, cómo aumenta entre grupos étnicos, colegios privados, públicos y entre instituciones de zonas rurales y urbanas.

En consecuencia, el fracaso no es solo del sistema educativo, sino del Estado, que no ha tenido la educación como derecho fundamental y prioridad para pensar y construir una mejor nación. Tenemos un sistema educativo que es el reflejo del país que hemos construido, profundamente inequitativo y desigual. Nunca es tarde para pensar un modelo educativo ajustado a nuestra realidad nacional, que enseñe a pensar en clave kantiana y, sobre todo, a sentir y vivir.


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