PSICOLOGIA Y VALORES EN EL CASO DE NICOLÁS PETRO- Por: Felipe A. Priast

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Esa retorica que intenta presentar a Nicolás Petro como el caso de un “niño abandonado” me parece terrible y equivocada. Colombia, gracias a un machismo perenne y vicioso, es la tierra de la “madre soltera”, de la madre abandonada por su pareja a la que le toca levantar a sus hijos sola. Por todas partes vemos ejemplos de esta desgracia social colombiana representada por hijos sin padre permanente, o completamente ausente, pero eso no implica necesariamente que los hijos producto de ese abandono se conviertan en unos bandidos. Una cosa no tiene que ver con la otra, y yo siempre he criticado circunstancias de ese tipo para justificar comportamientos de maleante, o vicios como el alcohol, las drogas o el juego. La vida no es perfecta para nadie, pero los valores que desarrollamos o recibimos es lo que nos hace bandear la vida a pesar de sus dificultades.

Entonces, salen por ahí payasos a tratar de vender la idea de que porque Petro fue un padre ausente que no crió a su pelao, eso explica todo el comportamiento de Nicolás.
Yo esa blasfemia no la compro. La historia está llena de bastardos exitosos y con valores que se supieron sobreponer a su condición: Guillermo el Conquistador, Lawrence of Arabia, Confucio, Leonardo Da Vinci, Eva Perón, todos fueron bastardos y miren el legado que dejaron en la humanidad. Venir ahora a justificar a Nicolás Petro, un bandido total, por su condición de “hijo sin padre”, es una desfachatez, casi una aberración. Intentar justificar su comportamiento porque el padre se mantuvo alejado mientras libraba una lucha política por el bien del país, no vuela conmigo.
Y esa entrevista que le ha dado Nicolás Petro a Vicky Dávila es un despropósito, pues la degenerada de Vicky Dávila intenta justificar el comportamiento de un bandido.
Nicolás Petro es un delincuente, punto. Tratar de lavarle la cara a ese delincuente con ridículas teorías freudianas de que “Nicolás se robaba con Daysuris la plata que le daban los traquetos para la campaña porque es un niño traumatizado” es una teoría que me sabe a re-mierda, una teoría de un país de traquetos.

Yo no sé si ustedes se han dado cuenta de esto pero, en Colombia, todo el que la caga sale en medios llorando para intentar justificar su cagada. Lo hace todo el mundo, no solo la gente del extracto social de Nicolás Petro.
Me acuerdo de un carajo Piedrahita, socio de Bernie Madoff, el famoso desfalcador de Wall Street, quien tumbó a un poco de gente en Colombia con la pirámide creada por Madoff, y luego apareció en un programa de radio en Colombia llorando y pidiendo perdón. Con eso bastó para que nuestro patético país lo perdonara.
Dice la rata de Nicolás Petro que “el acepta que cometió un error, pero que familia es familia y que el esperaba más de su padre en este momento de dificultad”. ¿Un error?, ¡grandísimo hijo de puta!, ¿un error? ¡Tiene huevo ese hijueputa! Si a mi me dejan 10 minutos a solas con Nicolás Petro yo levanto a trompadas a ese pelao güevón y le digo “¡aquí tienes por tu ‘error’, pedazo de hijueputa!”.
Apoderarse de donaciones ilegales de manera sistemática no es un error, es un plan sistemático de enriquecimiento, ¡bandido hijo de puta! Y yo no sé qué tan ausente haya estado tu padre en tu vida, pero poner en marcha ese plan sistemático de robo no es compensación por una niñez dura. Que tú tengas instintos traquetos no tiene nada que ver con tu padre, tiene que ver con todo el hijueputa aserrin que te metiste en la cabeza tú solo siguiendo modelos equivocados, ¡cretino de mierda!

Y peor Vicky Dávila, cuya ambición mercenaria de joder a Petro la lleva a intentar presentar a ese bandido sin valores como una víctima abandonada por su padre.
Tampoco me convence la justificación de “el hijo que está por nacer” que pareciera que justifica todo el comportamiento de “Judas” del hijo del Presidente.El hecho de que Nicolás esté esperando un hijo no es justificación para cometer semejante traición, y ese es otro trazo de la hipocresía colombiana que yo quiero desmontar.
Colombia es el país de “el hijo objetivizado como justificación de un crimen”. “Es que lo hice por mis hijos”, oímos una y otra vez como excusa para intentar justificar cualquier crimen, sea grande o pequeño. “Yo robo por mis hijos”, “yo mato por mis hijos”, “yo calumnio para salvar a mis hijos”, “yo tapo para proteger a mis hijos”. Esa es la ética colombiana para todo. Los hijos como excusa para hacer cualquier barbaridad.
Un día, se aparece un presidente con unos valores diferentes y dice: “Yo no voy a apoyar a un hijo mío si resulta un bandido” y nadie en Colombia entiende ese comportamiento. La objetivización de los hijos como justificación de crímenes está tan arraigada en nuestra sociedad, que nadie parece haber entendido lo que ha hecho Petro.
Colombia es tan bruta e ignorante que no se ha dado cuenta que Petro ha lanzado un nuevo valor en nuestra sociedad que es superior a esa hipócrita objetivización de los hijos como justificación de crímenes, y ese valor es: “Colombia está por encima de los crímenes de mi hijo”. Es como si todo el país se sintiera traicionado en sus valores porque Petro escogió un ente abstracto, Colombia, por encima del bienestar de su propio hijo.

¿Soy yo el único tipo en Colombia que ve esto? ¿Estoy loco? ¿Somos Petro y yo los únicos tipos con ese tipo de ética en el país? Manifiéstense por acá, porque para mi, ese tipo de moral está por encima del aguado proteccionismo de los hijos que todo el mundo usa en Colombia para justificar sus crímenes.
De todos los defectos colombianos, ese de usar a los hijos como escudo para justificar ilegalidades es el que más me jode, el que más me enerva, pues es un intento de expresar un amor filial extremo que justifica todo.
Y voy a ir más allá, para exponer aún más la enorme hipocresía colombiana en este sentido. Detesto sobre manera -óigase bien-, detesto enormemente a esos padres que se aparecen por aquí a veces con fotos de sus hijos durante sus cumpleaños o celebraciones en donde expresan un amor por ellos que “va más allá de la eternidad”, o de esos que “por ti haría lo que sea”.
¿Cómo así que tú vas a hacer “lo que sea” por un hijo? ¿Eso que quiere decir? Si tú hijo resulta un asesino, ¿entonces tú vas a sobornar, intimidar o matar al que lo incrimina? ¿Es esa tu noción de ser “un buen padre (o madre)? ¿Taparle las cagadas a los hijos es la noción de paternidad excelsa en Colombia?
¡Váyanse todos a cagar si esa es su noción de la paternidad o la maternidad! Un hijo es un ser que uno trae al mundo, PARA SOLTARLO EN LA SOCIEDAD, BAJO LAS REGLAS DE ESA SOCIEDAD. Si un hijo viola esas reglas, debe pagarle a la sociedad sin recibir ninguna protección. El vínculo filial no puede ser justificación para violar esas reglas, pues la sociedad es un ente MAYOR que la familia, que es lo que Petro está tratando de decirnos.
Pero el colombiano es un ser de cepa indígena, y en la cepa indígena el núcleo principal no es el individuo, sino la tribu. Y si alguien busca una responsabilidad de una persona por una violación de dichas reglas sociales, no termina solo enfrentando a esa persona sino también a su madre, a su padre, a sus hermanos, a sus tíos, porque toda la tribu sale en su defensa.
Entonces, ahí es en donde el concepto de “tribu” se vuelve MAFIA.
¿Ya ven ustedes cuál es el origen de nuestras mafias? Nuestras mafias son la degeneración de nuestros valores tribales, la eliminación del concepto del “individuo” en favor del “escudo tribal”. Se elimina al individuo y se establece el poder de la “tribu criminal”.

Petro está haciendo lo correcto al dejar a ese muchacho solo para que responda, y yo no estoy escribiendo esto para que ustedes me den un “me gusta” o un “corazoncito”. Lo estoy escribiendo para que, el día de mañana, CUANDO UN HIJO SUYO LA CAGUE (y la va a cagar, créanme), se acuerden de esta lección y dejen que el muchacho se defienda solo, sobretodo si ya es un adulto. Eso que pasa en Colombia que un hijo la caga, y de inmediato salen los padres a “mover palancas” para sacarlo de su cagada es una aberración que corrompe a la sociedad como un todo. Primero piensen y analicen lo que sus hijos han hecho, y a partir de ahí determinen el tipo de ayuda que puedan brindar. Con esto no estoy diciendo que abandonen a sus hijos, sino que analicen los hechos y tengan la suficiente objetividad para hacer un juicio sobre la conducta de sus hijos. Si el delito es grave, estoy seguro que le pueden conseguir un abogado, darle algo de dinero para ayudarlo, pero decirle “tranquilo papito, que yo te voy a ayudar a salir de esta como sea”, no puede ser una opción. ¿Cómo sea? ¿Un hijo suyo sufre un ataque de celos y mata a la novia y usted lo va a ayudar a salir del problema como sea? ¿En serio? Ese hijueputa es un asesino, “como sea” no es una opción, eso no es así.
Petro está en lo correcto, ese muchacho es un bandido y tiene que pagar. El que no vea la enorme lección de buen padre (para la sociedad) que ha dado Petro, es un idiota y un encubridor. Un hijo no es una “extensión de uno”, como dicen por ahí. Un hijo es un producto de uno que crece con uno hasta cierta edad, y que después se separa del núcleo familiar y hace su propia vida bajo las reglas de una sociedad, no bajo la moral protectora del núcleo familiar, que es lo que la gente en Colombia no entiende. Uno no va a estar toda la vida ahí para protegerlo, él (o ella) va a irse un día del núcleo familiar y se tendrá que proteger solo (o sola) y la manera de hacerlo no es con “palancas” o influencia sino con valores.
Nicolás Petro, a pesar del abandono que dice que sufrió de su padre, recibió esos valores de él porque a través de toda su vida lo vio por televisión, o en persona, hablando de esos valores. Que el haya escogido valores criminales para regir su vida, es su problema, no de Petro padre. El se robó esa plata y aceptó esas donaciones dudosas porque a él le gusta la plata, la buena vida y las mujeres bellas, y para darse esos gustos es capaz de hacer lo que sea, hasta traicionar a su padre.

¿En dónde recogió esos valores ese pelao rata?, es otra cuestión, y ya habría que ver qué tanto han influido los valores de otras figuras paternas que lo rodearon, o qué malas compañías tuvo a lo largo de su vida.

A mi no me vengan a vender el cuento de “Nicolás Petro: niño pobre abandonado por su padre, que se desvía en el camino debido a tal abandono y se convierte en tumbador profesional de campañas políticas, que luego traiciona a su padre para proteger a su hijo a punto de nacer”.
¡Denle dos vueltas en forma de tornillo a esa historia y métansela por el culo con harta vaselina, cretinos de mierda, que yo esa historia no la compro! Ese malparido hizo lo que hizo porque es hijo de la plata, porque su verdadero padre es el dinero, porque para él el dinero es la puerta para obtener todo lo que siempre ha ambicionado, que son cosas limitadas al mundo material (y en eso incluyo la silicona de sus dos esposas). Ese pelao roba porque le gusta la plata, no porque este traumatizado.

A mi me tocó en suerte un padre medio hijueputa al que no le hablé los últimos 25 años de su vida, porque era lo mejor para mi.
Pero yo a mi viejo lo mantuve los últimos 12 años de su vida, y hasta ahora no me he robado nada.
A cualquiera le toca un padre hijueputa, pero qué valores desarrollas tú en tu vida, es cosa tuya, ahí no tiene nada que ver tu viejo.
Y agarrarte de las cagadas de tu viejo para ser un cafre, eso si es ser un hijueputa…

Petro dijo en un tweet ayer que “espera algún día reunirse con su hijo para perdonarse mutuamente”….
Petro es un mejor tipo que yo. Yo también lo perdonaría, pero primero lo haría pagar 10 años de cárcel, solicitándole al juez que lo ponga en la cárcel más dura de Colombia para que pague por sus crímenes.

Si traicionó lo valores que le di, entonces que lo eduque la vida, que aunque más dura, educa mucho, ¡pero mucho mejor! que cualquier padre.

P.D: El próximo en la fila de delatores contra Petro es Armando Benedetti.
Benedetti, a diferencia de Nicolás Petro y Daysuris, no es alguien de extracto humilde, sino “gente de bien” de Barranquilla. Yo estoy intrigado por saber si, después de este show plebe de Nicolás y Daysuris, en donde la corronchada y la ambición ha llegado a límites insospechados, Armandito va a hacer un show igual de plebe.
Todos sabemos que a Armandito le gusta la plata, y que la lealtad no es su fuerte (el “tránsfuga mayor” de la política colombiana).
Sería interesante ver algunos supuestos valores de la “gente bien” en Armandito, como por ejemplo, lealtad y recato.
Estoy intrigado por saber si Armandito se va a “daysuririzar” (el acto de armar un acto mediático plebe para joder al prójimo), o si va a mantener una postura sobria. Uno creería que “daysurizarse” es un acto propio de busconas ambiciosas del Barrio 20 de Julio como Daysuris, pero con Armandito nunca se sabe. Después de todo, Armandito ha “puteado” bastante en la política estos últimos 25 años, y en últimas, las putas solo se transan por plata. Quedo atento a la evolución de estos eventos a ver qué pasa…


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