La expresión Reductio ad Hitlerum fue creada por el filósofo judío alemán Leo Strauss, que no es más que la búsqueda de asociar o relacionar una acción a Adolf Hitler para concluir que es mala; en pocas palabras es una falacia en la forma “Hitler apoyaba X, por lo tanto, X es malo”.
Este tipo de falacia se está poniendo muy de moda y su utilización es cada vez más recurrente en la disputa política del país, al punto que quieren hacernos creer que toda propuesta, idea y accionar de la izquierda colombiana o personajes que no apoyan los ideales del gobierno de turno es mala y trae consecuencias nefastas para la vida política, social, económica y el futuro de la nación.
A lo largo de los últimos años evidenciamos como satanizaban y desmeritaban propuestas como la eliminación paulatina de las EPS, cumplimiento e implementación de los acuerdos de paz, energías alternativas, educación gratuita y universal o transformación de la tierra improductiva, puesto que conduciría al país a una crisis funesta como la de Venezuela, llevándonos al autoritarismo, censura y hecatombe económica, solo por el grupo político o líder que las exponía y presentaba.
Pero al transcurrir el periodo del nuevo gobierno hemos comprobado que se viene poniendo en práctica la famosa falacia lógica como sofisma de distracción o cortinas de humo para cautivar incautos, desviar la atención del pueblo y poder adelantar su agenda política según los intereses políticos de su colectividad.
Es por ello que encontramos como el presidente del senado utiliza cualquier artimaña o argucia para tratar de impedir que se le haga una moción de censura al ministro de hacienda o se desmerite y trate de mancillar la justa propuesta de los estudiantes universitarios en busca de reivindicar la educación superior y garantizar el funcionamiento de las universidades públicas.
Hemos sido testigos de las críticas y afirmaciones de miembros del partido de gobierno en las que esbozan que si la izquierda llegará a gobernar buscarían perpetuarse en el poder, pero paradójicamente y sin desparpajo alguno ahora plantean la necesidad de ampliar los periodos de alcaldes, gobernadores y hasta presidencial, sin importar que la voluntad popular los eligió por un periodo constitucional de 4 años.
Han acusado a la izquierda y líderes de la oposición de populistas, de plantear propuestas sin base sólidas, estudios y acorde a la realidad del país, no obstante, hemos sido testigos de los desaciertos en nombramientos y proyectos de ley que han debido reconsiderar por no cumplir con los requisitos o improcedentes.
Basta ya de falacias, está bueno de estigmatizaciones y satanización por nuestra ideología o simpatía política, el país necesita “Buscar lo que nos une y superar lo que divide” como lo manifestó el papá Francisco al presidente Duque, para
garantizar que la construcción de un futuro mejor sea posible, brindando bienestar y mejoramiento de las condiciones de vida a los colombianos.
Dios permita que el presidente Duque se concentre y contrario sensu de transmitir, contextualice su actuar en el estado colombiano y no sobre un grupo o sector político determinado, de lo contrario seguiremos a la deriva bajo la falacia del desmerito y la censura que no nos deja progresar.