Recientemente, el Senado de la República aprobó el presupuesto de ingresos bienal 2023-2024 del Sistema General de Regalías (SGR) en $31,3 billones; de los cuales, 29 billones deben invertirse en las regiones. Presupuesto que duplica el monto de la vigencia anterior.
Hay que indicar que, el 76% de los ingresos del SGR, serán generados por el sector hidrocarburos, y el restante, por el sector minero. Por consiguiente, seguimos dependiendo directamente de este sector para jalonar el desarrollo del país a través de los cambios y transformaciones sociales; por consiguiente, la transición energética debe ser gradual y sostenible en el mediano y largo plazo.
Recordemos, que de acuerdo con el Artículo 361 de la Constitución Nacional. “Los ingresos del SGR se destinarán al financiamiento de proyectos para el desarrollo social, económico y ambiental de las entidades territoriales, al ahorro para su pasivo pensional, para inversiones físicas en educación, para inversiones en ciencia, tecnología e innovación, para la generación de ahorro público, para la fiscalización de la exploración y explotación de los yacimientos, conocimiento y cartografía geológica del subsuelo; además de esto, para aumentar la competitividad general de la economía buscando mejorar las condiciones sociales de la población”.
En cuanto al presente bienio, de los ingresos del SGR, 3,0 billones estarán orientados a financiar proyectos en ciencia, tecnología e innovación; de los cuales, $600.000 millones deben ser destinados exclusivamente a proyectos como ya se dijo, en ciencia, tecnología e innovación con incidencia en ambiente y desarrollo sostenible. 3,4 billones financiarán, en el marco de una paz total, proyectos que estabilicen y transformen los territorios más afectados por la violencia, la pobreza, las economías ilícitas y la debilidad institucional; de esta forma, lograr el desarrollo rural que requieren los 170 municipios Pedet.
En este orden, 694.000 millones serán asignados para los grupos étnicos del país encaminados a proteger los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras; incluyendo el pueblo Rrom o gitano de Colombia.
Esta Priorización de recursos, evidencia la voluntad del gobierno por generar impacto y transformación social en sectores históricamente marginados. La ciencia, tecnología e innovación; contarán con un presupuesto importante y considerable, que debe hacer énfasis en un enfoque territorial y soportado en las universidades públicas y privadas; las cuales, han venido históricamente haciendo investigación y transferencia tecnológica pertinente. Importante, que estos recursos se asignen con base en las convocatorias públicas, con enfoque territorial y, que vayan directamente a las universidades, sin intermediación o incidencia de las lógicas de poder tradicional.
Hemos insistido, que, desde las universidades tenemos la infraestructura científica representada en: investigadores, grupos de investigación, laboratorios, centros e institutos de investigación en distintas disciplinas científicas; desde las cuales hemos estudiado y diagnosticado los distintos problemas que padecen las regiones.
Las universidades como centro de pensamiento y producción de ciencia para impulsar el desarrollo del país. Acompañamos la institucionalidad aportando la ciencia, saber y conocimiento en la construcción y puesta en marcha de agendas de desarrollo. Con la universidad, como la institución portadora de ciencia; podemos pensar y construir el desarrollo. Los países que hoy tienen altos niveles de desarrollo humano y bienestar social entendieron y pusieron en marcha esta articulación.
Es el momento de que nuestro país actúe en esta dirección; de no hacerlo, seguiremos condenados al atraso.
