Retornamos a las cuevas Por: Jorge David Cubillos Imbrechts

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Es incierta la situación que padecemos a nivel global con la Pandemia. El Virus denominado Covid19, ha generado que la mayoría de Países en el mundo, hayan decretado el aislamiento preventivo obligatorio. Un confinamiento de la población en nuestros hogares, con unas medidas de bioseguridad que nos limitan al distanciamiento social, uso de tapabocas y desinfección de todo lo que ingrese al hogar que haya estado en el exterior. Colombia, no ha sido la excepción.

El País, atraviesa una crisis sin precedentes, que ha llevado al Gobierno Nacional, a improvisar la implementación de medidas para tratar de mitigar el desastre económico que el virus ha generado en todo el mundo, sin aun tener que enfrentar en su pico más alto, la mortandad que se ve en los Países donde primero golpeo la Pandemia. El encierro, en las personas que han acatado la medida de aislamiento y vale la aclaración porque en Colombia, está ganando la falta de cultura ciudadana, que dejara una desgarradora consecuencia por el desacato de las personas. La Costa Caribe, es un ejemplo del señalado comportamiento que generado un crecimiento exponencial en el nivel de contagio en la población el Departamento del Atlántico ha desbordado el índice de contagio en pocos días. El confinamiento en esta región, no es su fuerte y la cultura jamás ha estado ligada al confinamiento, del interior o de los países Europeos.

Retomando la idea, me refería a esas personas que han acatado el confinamiento independiente del estrato social, y que solo salen al exterior a buscar sus provisiones para seguir en casa, a nivel social se presentan situaciones de conflictos entre integrantes de la familia, situaciones de violencia intrafamiliar y delincuencia por la pobreza en la mayoría de hogares de estrato 1. Mientras desde el punto de vista psicológico, se generan enfermedades como la depresión y un aspecto más grave la esquizofrenia, todos productos del encierro en estratos más altos. En lo económico existen factores mucho más graves y es el tema del hambre en los hogares que no cuentan con los ingresos para abastecerse y la red familiar es extensa, el exagerado cobro en los servicios esenciales generan una mayor dificultad para estas familias.

En mi mente, todo este universo de situaciones le hice una simple analogía. Pensar que la mayoría, estamos de nuevo en una cueva, donde las condiciones de la naturaleza nos obligan a permanecer ocultos en este caso no del frio como los primeros hombres que encontraban refugios en ella sino de la Pandemia que nos queja y de las condiciones que podrían generar la muerte a todos.

Luchando con un sinnúmero de problemas como el hambre, la violencia por el espacio, los factores de riesgo en materia psicológica; que generan un encierro en condiciones infrahumanas. No todos los hogares en Colombia, cuentan con el confort de 500 metros cuadrado con kiosco o terraza, casa campo, haciendas, dinero en la cuenta para abastecerse, la mayoría de hogares, no cuentan ni con las condiciones básicas de subsistencia. Es un hecho tan parecido a estar confinado en una cueva huyendo del frio extremo sin posibilidad de salir a cazar alguna bestia o recolectar algún fruto.

El factor peligroso de la gradualidad impulsada por el Gobierno Nacional, implica un riesgo para acelerar los contagios en gran parte de la población que se ha tratado de proteger con la cuarentena, un riesgo que podría generar un colapso en el sistema de salud tal como ocurrió en Europa.

Analógicamente el hombre de las cavernas, por el desespero del hambre, se arriesgaba a salir con las condiciones más extremas de frio encontrando en su recorrido la muerte.

En consecuencia encontramos lugares en el País, como más facilidades que otras, las cuevas más difíciles de habitar son las que se encuentran en las ciudades. Los habitantes de las ciudades dependen de sus raciones y de sus poco recursos para comprarlas.

En cuevas se han convertido nuestros hogares en Colombia, espacios cerrados que nos impiden salir, interactuar, trabajar e intentar lograr mantener a nuestras familias. Dios, permita que logremos salir de esta cueva y mirar la luz del Sol, de nuevo.

 

 


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