En las últimas horas fueron reveladas las declaraciones de uno de los más relevantes testigos dentro de los procesos penales en los que se investiga la JEP sobre la presunta financiación de la multinacional Drummond a los paramilitares en el Cesar y la supuesta participación de directivos en el plan de asesinato de sindicalistas de Sintraminenergética, sindicato de la compañía.
Jairo Jesús Charris, exjefe de seguridad de la empresa ISA, contratista de alimentos de Drummond, y antigua mano derecha de Jaime Blanco Maya, el dueño del contrato y testigo principal en el expediente que tiene al actual presidente José Miguel Linares y al expresidente Augusto Jiménez, en fase de juicio.
En sus declaraciones, según un documento revelado por La W, Charris vinculó con suma gravedad a varios exdirectivos de Drummond en el plan para asesinar a otro de los sindicalistas que fueron acribillados en 2001: Gustavo Soler Mora. Según el testigo, el crimen se comenzó a fraguar en una reunión el 6 de marzo del 2001 entre James Atkins, exjefe de seguridad de la minera, Jaime Blanco Maya, y con presencia de él.
“Ese día del 6 de marzo del año 2001, James Atkins, nos dijo a Jaime Blanco Maya y a Jairo Jesús Charris Castro, que tenía orden directa del señor Gary Drummond de asesinar a todos los directivos del sindicato de la multinacional Drummond, que la compañía estaba pasando por un mal momento en la venta de carbón a los mercados internacionales por culpa del sindicato de la Drummond que estaban bajando la producción del carbón y muchas voladuras a los trenes de la compañía Drummond por la supuesta relación que tenía el sindicato de la Drummond con la guerrilla de las Farc”, aseveró.
En línea con lo anterior, en el crimen de Gustavo Soler, ocurrido el 6 de octubre del 2001, y quien fue ultimado luego de denunciar los supuestos vínculos de la minera con las AUC, el testigo de cargo indicó que la orden y el planeamiento del homicidio se llevó a cabo en una reunión posterior en la base paramilitar de San Ángel, nuevamente con presencia de James Atkins, ejecutivo de seguridad de Drummond, Jaime Blanco y él.
“El señor Charris Castro manifestó que Jaime Blanco Maya participó junto a él en una reunión con James Lee Atkins el 6 de marzo de 2001 en la base paramilitar de San Ángel. Según Charris, la reunión que inició a las 9:30 de la mañana y duró dos horas, tuvo como objetivo concretar el plan criminal contra los líderes sindicales Orcasita, Locarno y Soler Mora. Allí se acordó que alias “Tolemaida” daría la orden al comandante de los urbanos, alias ‘Adinael’”, citó la JEP.
Pero además de afirmar ante la JEP que la compañía por medio de su jefe de seguridad, James Atkins, aprobó el asesinato del sindicalista Gustavo Soler Mora, el exjefe de seguridad de la contratista también narró en su declaración cómo, según él, se dio el minuto a minuto del asesinato de los sindicalistas Valmore Locarno y Víctor Orcasita (12 de marzo de 2001 antes del crimen de Soler).
Charris Castro inició reafirmando que este par de homicidios como el de Gustavo Soler Mora contaron con el beneplácito del presidente de la compañía de la época, Augusto Jiménez, y señaló la presunta contribución de varios directivos en la materialización de los asesinatos. En su relato, el compareciente dijo que en la misma reunión del 6 de marzo del 2001 donde se determinó matar a los sindicalistas (quienes se mostraban inconformes con el contrato de alimentos a cargo de Blanco Maya y hacían otras exigencias) se distribuyeron las labores en las que intervendrían directivos de Drummond para consumar el crimen.