Todo en Colombia es tan predecible. Todo el que tiene una voz en medios o redes, de inmediato, sale a decir lo apropiado: “No, ese ataque de la Minga Indígena contra Semana es un ataque contra la libertad de expresión”, “Las vías de hecho no son el camino”.
Me aburren enormemente esos comentarios apropiados y civilizados de todo el mundo, y sospecho que esa es la razón por la cual yo tengo un gran número de lectores en todo el país, porque ellos conmigo no se aburren. Yo nunca digo lo apropiado, yo nunca me las tiro de “sobrio”.
Señoras y señores, dejen la farsa y el comentario apropiado que las cosas hay que explicarlas, en otros términos, y de otras formas.
La Minga indígena descabezó monumentos de conquistadores y de otros personajes de la historia colombiana durante el alzamiento del 2021, y en esa época Petro no era presidente. La frase muy colombiana de “se le salió el indio” si que aplica aquí. Esa gente fue a Semana a protestar porque se les salió el indio, algo que quiere decir que no guardaron las formas civilizadas porque a ellos les importa un pito la civilización, ellos lo que buscan es un espacio vital para vivir en sus términos, y en Petro han encontrado un aliado en este objetivo vital. Por lo tanto, cualquiera que se meta con Petro, se mete con ellos porque ellos sienten una especie de lealtad hacia el único presidente que les ha parado bolas en la ya larga historia de nuestro país.
La pregunta aquí es otra. La pregunta que yo me hago es ¿por qué la Minga escogió las instalaciones de Semana para ir a protestar?
Una gente que tiene poco acceso a la tecnología, que se podría decir que no leen o siguen por internet o TV las noticias, ya tienen identificada a Semana como medio-basura. Como será de basura Semana, que hasta los indios, quienes leen poco y a veces ni entienden bien español, ya saben que ese medio es una basura.
Es peor que basura. Semana, realmente, es una revista “pornográfica”, y voy a explicar lo que quiero decir con esto.
La diferencia entre una pintura de Boticelli, o Rubens, o Michelangelo, que enseña figuras desnudas, y una revista como “Hustler”, o cualquier otra revista pornográfica, es el enfoque que se le da al desnudo. Michelangelo pintó hombres y mujeres desnudos en los techos de la Capilla Sixtina, pero su enfoque era religioso y hacía referencia a la Creación, a los pasajes más relevantes de la Biblia, al estado natural en el que venimos al mundo. El desnudo como una condición natural en contrapeso a las prendas de vestir que representan lo artificial, lo mundano, lo propio de nuestra civilización moderna. La “Venus” de Boticelli es considerada una obra de arte, uno de los puntos más altos de nuestra civilización Occidental, mientras que el chocho despernancado de las viejas que salen en “Hustler” magazín es considerado pornografía. Son dos desnudos, pero uno es considerado una obra maestra, mientras que el otro es una vulgaridad explícita.
Esa es la diferencia entre un medio de comunicación decente y Semana. La revista que dirige Vicky Dávila siempre te muestra “el chocho despernancado” de una puta, no un desnudo artístico. Y el argumento de los “apropiados”, de los que siempre dicen lo obvio, es que Semana tiene derecho a mostrar ese chocho despernancado porque existe algo llamado la “libertad de prensa” que les permite hacerlo.
El problema, y esto lo vengo diciendo desde hace rato, es que Semana no es un medio de comunicación amparado por las reglas de Libertad de Prensa. Si tú te sales del molde del desnudo artístico y en lugar de obras de arte SIEMPRE MUESTRAS CHOCHOS DESPERNANCADOS, tú no puedes buscar amparo en las leyes de libertad de prensa. Tú te saliste del molde que ampara a los decentes, ¿cómo vas a venir a pedir amparo si tú mismo rompiste el molde y has rebajado la ocupación de periodista? Semana destruye paulatinamente el oficio del periodismo, y después, cuando se ve amedrentada por algo o alguien, sale a decir que la libertad de prensa que ella destruye día a día con su “pornografía noticiosa”, la ampara.
Vicky Dávila y los Gillinsky no entiende mucho de lógica. Si tú destruyes día a día lo que eres, la protección implícita de lo que eres se reduce día a día con tu destrucción. Es decir, cada día hay menos amparo en cuestiones de Libertad de Prensa, ¡¡¡porque SEMANA DESTRUYE DÍA A DÍA LA PRENSA LIBRE Y HONESTA CON SUS MENTIRAS!!!
Y para la muestra un botón. La portada de la edición que ha salido hoy. La mancuerna Fiscalía-Semana, una llave que erosiona la libertad de prensa pues una agencia del estado está usando abiertamente a un medio para destruir a un gobierno que detesta, publica la primera declaración de Nicolás Petro en la Fiscalía cuando este buscaba quedar en libertad para poder ver el nacimiento de e su hijo. Se supone que es un documento confidencial, pero ha sido filtrado porque ni Semana ni la Fiscalía quieren aceptar las reglas de la democracia y mantener las separaciones entre estado y medios. Entonces, los destructores de los principios que rigen las democracias, sufren un ataque inesperado de unos indígenas marginados por esa misma democracia, gente que viven bajo otros parámetros, y salen a pedir derechos democráticos cuando ellos son los principales erosionadores de la democracia. Lo que hacen Semana y la Fiscalía es como ir a tumbar selva en el Amazonas para hacer carreteras y sembrar cosechas, y después salir a decir que cómo es posible que se están extinguiendo los animales de la selva, exactamente la misma vaina. Semana se está comiendo la libertad de prensa con sus abusos y sus mentiras, ¿cómo cojones van a salir a esgrimir derechos inherentes sobre lo que ellos mismos están destruyendo?
Es tan “pornografico” el cubrimiento noticioso de ciertos medios en Colombia, en especial, de Semana, que ya hasta los indios saben la diferencia entre noticias decentes y noticias “pornograficas”.
Cuando yo era pelao había una revista que siempre traía viejas empelota llamada “Vea”. Siendo bastante niño, cada vez que veía unas tetas en “Vea” me emocionaba, incluso de pronto hasta se me paraba, es la verdad. Pero al pasar los años y crecer, esa revista barata se volvió algo común del paraje citadino colombiano, y pronto me di cuenta que esa revista era una basura que solo leían taxistas y camioneros. Nadie en mi familia leía “Vea”, nadie que yo conociera la leía.
Ya en mi adolescencia y primera juventud entendí que “Vea” era una porquería que no servía ni para secar un reguero de agua. Tomó años llegar a esa conclusión, pues empecé a verla siendo un niño, y solo comprendí su significado ya siendo casi un adulto.
Semana es la “Vea” de nuestro tiempo. Todas sus noticias son el equivalente de la vieja empelota que mostraba “Vea” en su portada de hace 40 años. Es solo cuestión de tiempo para que la totalidad del país se dé cuenta que ese periodismo “pornografico” va en contravia de la prensa libre y decente, y que Semana no sirve ni para secar un reguero de agua.
Y esto va a pasar rápido, porque ya hasta los indios que no leen y viven por fuera de la civilización occidental, saben que Semana es una basura. No sólo eso: tanta pornografía noticiosa parece haber sido mucho para estos pudorosos indígenas, quienes han ido a apedrear sus instalaciones porque están indignados con tanto “chocho despernancado”, todo el tiempo.
La competencia de Semana no es “Cambio”, o Noticias Uno, o la W Radio, es Pornhub.
A Vicky Dávila alguien debería recordarle lo que le pasó a Larry Flynt, el dueño de Hustler. Un loco puritano le metió un pepazo y lo dejó inválido por el resto de su vida.
Ese es el problema de la pornografía. Las fuerzas puritanas (en este caso, los indígenas) siempre reaccionan en su contra.
P.S: Espero que no salga ahora por ahí algún cretino a decir que yo estoy amenazando a Vicky Dávila. Yo he sabido vivir con la pornografía toda mi vida sin necesidad de recurrir a la violencia, porque la pornografía, en realidad, no me molesta. Pero hay mucha gente por ahí, menos civilizada, a la que si le podría molestar, y ella debe ser consciente de ello.
El problema es que ella todavía no se ha conscientizado de que dirige una revista pornografica, ella todavía cree que es periodista seria…