Serie “Medusa” y Barranquilla: Si y  No- Por: Felipe A. Priast

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Jajajajaja, ¡qué risa he jalado toda esta semana con la indignación de los barranquilleros con la serie “Medusa” de Netflix! Que si esos cachacos hablando como costeños, que Manolo Cardona vale gamba, que el gordito que hace de su “sidekick” no es barranquillero, que si las vulgaridades…
A ver, tigres, vamos por partes.

Yo estoy de acuerdo en algunas de las críticas, pero en otras no. Además, y para serles francos, si hicieran una serie sobre Barranquilla, con actores barranquilleros, y sobre temas actuales de Barranquilla, Barranquilla saldría peor parada que con esta serie “Medusa”.
Crecí en Barranquilla, quiero a Barranquilla, la paso bomba cada vez que voy a Barranquilla, pero tengo que decir que los barranquilleros son de la gente más ridícula y farsante que yo he conocido, y yo conozco bastante de este mundo. De hecho, por eso la paso bomba en Barranquilla. Cada vez que voy a Curramba, regreso con una csntidsd de cuentos y chistes con los que me mato de la risa. Los barranquilleros son increiblemente divertidos, incluso cuando estan hablando en serio.
Si se hiciera una serie sobre los barranquilleros del Parrish, el Country Club y la zona norte de la ciudad, Barranquilla acabaría más vitupereada que lo que ha sufrido con los efectos colaterales de “Medusa”. Esos barranquilleros y barranquilleras de clase alta que hablan silbando las palabras, con ese acento medio venezolano sifrino, con su vocabulario “anglo” ridículo, harían más daño que el detective “Danger” y su combo de pseudo-barranquilleros caricaturizados en la serie. Los barranquilleros de clase media y alta no tienen ni idea de lo ridículos que son, y es precisamente su aspiración “americana” la que los hace juzgar a los actores de “Medusa” con tanta severidad. Esos barranquilleros “plays”, “bollones”, que viven más de apariencias que de realidades, han sido los más duros con “Medusa”, pues la caricatura de esta serie hiere sus aspiraciones cosmopolitas.

Hay críticas válidas, pero no son las que he oído hasta ahora.
Para empezar, yo no criticaría ni a Manolo Cardona ni a Juanita Acosta porque son “cachacos” y no barranquilleros. Esa no es una crítica válida. Un actor bueno -y esta es la palabra clave- debe estar en capacidad de encarnar cualquier personaje, sea de donde sea. Yo he visto como 10 películas con Meryl Streep en donde hace de británica o europea, y esa vieja es gringa. De hecho, la nominaron -y creo que se ganó- un Oscar a mejor actriz por encarnar a Margaret Tatcher, una premier británica. Un actor bueno está en capacidad de encarnar cualquier tipo de personaje.
El problema de esa serie es otro. Es el guión, un guión ridículo en donde se obliga a los actores a hablar un “costeño”, o “barranquillero”, caricaturizado, en donde se encadenan una serie de palabrejas asociadas a la costeñidad que hacen de los diálogos un ejercicio ridículo y poco creíble. Yo nunca en mi vida he oído a nadie en la Costa, y menos en Barranquilla, decirle a otra persona “cara ‘e ñame”. ¡Y decirle “cara ‘e ñame, butifarra, cabeza ‘e mondá”, todo en una misma oraxion, ¡menos! Eso no existe, ningún costeño o barranquillero habla así, de ahí que se considere este guión un guión CARICATURESCO, una caricatura que queda evidenciada por el ridículo nombre del protagonista, “Danger”. El objetivo de esta serie no es encarnar a Barranquilla y su cultura, si no vender un Caribe Colombiano simpático y alegre que sea del consumo de un público extranjero. Un espectador peruano, mexicano, o argentino, no quiere ver a un bollón barranquillero silbando las palabras y hablando con un vocabulario americanizado. Lo que él quiere ver es un idea preconcebida de un Caribe garciamarquezco moderno que le alegre la hora que va a pasar viendo un capítulo de la serie que lo desconecte de sus miserias vernáculas. Para ver bollones barranquilleros y a barranquilleras cabeza huecas mejor pone la televisión local y ve una novela local, pero él o ella entran a Netflix a ver algo diferente, o oír algo diferente, o a empaparse ligeramente de lo que lo es la cultura del Caribe Colombiano.

La desconexión existe porque el barranquillero de clase alta quiere verse en Netflix jugando golf en Sabanilla, tomando whisky fino, y con una par de rubiecitas del Colegio Británico a su lado, mientras que el espectador argentino o chileno que pone “Medusa” lo que quiere ver es un Caribe alegre y tropical que lo haga reír con palabrejas raras, vulgaridades desconocidas, y una colombiana atractiva, porque él no sabe la diferencia entre una barranquillera, una caleña, o una bogotana. Para ese espectador extranjero Colombia es García Márquez, Shakira, Sofía Vergara y el “Pibe” Valderrama, y lo que Netflix ha hecho es darle a esa audiencia Latinoamericana más “Pibe” y menos Sofía Vergara. Eso fue lo que pasó con “Medusa”, creo yo acá en la cocina.
Seamos honestos: si el “Pibe” hubiera sido escogido para hacer esa serie, hubiera quedado perfecto, porque el Pibe sí habla así como la gente de la serie, y eso es lo que el espectador mexicano conoce, porque al Pibe lo han oído hablar infinidad de veces y suena así como el man que dice en la serie “butifarra-cara ‘e ñame-cabeza ‘e mondá”.

Este problema siempre ha existido en Latinoamérica. Cuando Carmen Miranda triunfó en Hollywood, hace 80 años, y luego volvió a Río a una presentación, los cariocas de la sociedad de Río la recibieron como un témpano de hielo. Que ese show no era Brasil, que así no eran los brasileños, que los bananos en la cabeza no-se-que, sin darse cuenta que Carmen Miranda era un personaje mítico que encarnaba diversas facetas de la identidad brasileña.
¿Y quiénes eran en ese entonces -y aún son- esos miembros de la sociedad carioca? Un poco de carajos de origen italiano, alemán, portugués y demás que vivían con la cabeza puesta en Europa y que se sentían europeos.
La misma vaina con “Medusa” y Barranquilla. Ese barranquillero cretino que vive en Riomar y juega golf todos los sábados con sus amigos en Sabanilla es descendiente de un inmigrante italiano, o alemán, o libanés, o inglés, que estudió en Georgia Tech o LSU, que tiene apartamento en Miami, cuya máxima ambición es volverse gringo algún día. Por supuesto que para ese payaso “Medusa” es ofensiva, porque lo ridiculiza a él, a como él mismo se ve, y lo que él cree que significa ser barranquillero.

“Medusa” es una caricatura de lo que es el Caribe Colombiano, creada para un público Latinoamericano en general que se quiere reír un rato con la simpatía del colombiano del Caribe y su mamadera de gallo.
Y lo más probable es que la hayan basado en Barranquilla porque las dos artistas más famosas de Colombia -y de Latinoamérica para el caso- son barranquilleras y Barranquilla debe ser la ciudad que los latinoamericanos más asocian con la alegría del Caribe Colombiano.
Y tampoco es que Barranquilla quede tan mal. Manolo Cardona es un man pinta, y Juanita Acosta es un bollo. Feos no les están diciendo a los barranquilleros con ese casting.
Además, la producción muestra cosas buenas de la ciudad y celebra su cultura carnavalesca y musical. En Barranquilla estarán ofendidos, pero la verdad es que esa serie deja mejor parada a Barranquilla de lo que en realidad la ciudad está. A los barranquilleros se les olvida que, hoy por hoy, Barranquilla es Ciudad Juarez, que están matando a 3 traquetos a diario. Eso, comparado con “Medusa”, ¡no me jodas!, me quedo con “Medusa”. Entre el “Cara ‘e Ñame” y los Char, me quedo con el Cara ‘e Ñame”, mil veces, ahí no hay discusión, al menos para mi.

El verdadero problema que ha causado “Medusa” es que el barranquillero cree que Barranquilla es Miami, que su carnaval es el carnaval de Río, y que ellos son gringos.
Los productores mexicanos de la serie, quienes han visto docenas de novelas colombianas, quienes han visto decenas de putas colombianas en México, quienes han oido decenas de entrevistas de jugadores de futbol colombianos que juegan en Mexico, y quiénes han visto los shows de Shakira y Sofía Vergara en vivo y en televisión, han estereotipado a los barranquilleros como una mezcla de todo eso y han salido con “Medusa”. ¿Ustedes saben cuántos jugadores colombianos feos han ido a jugar a la liga mexicana que se parecen al “Cara ‘e Ñame” de la serie? ¡Docenas!, porque los jugadores de fútbol colombianos son más bien feitos, no son como los jugadores argentinos, que por lo general son tipos bien parecidos.
De toda esa información almacenada en el disco duro de esos mexicanos sobre Colombia viene “Medusa”. Antes démosle las gracias de que escogieron a Manolo Cardona y a Juanita Acosta para los papeles principales. El protagonista de la serie podría haber sido un barranquillero de “MeQuejo” parecido a Pachequito, o a Oswaldo Mackenzie, quienes son bien barranquilleros y bien feos.
Y la protagonista femenina, bien podría ser alguien parecida a Daysuris Vasquez. En su lugar, escogieron a Juanita Acosta, que no está nada mal, nada, nada mál.

“Medusa” es una caricatura, pero igual, creo que esa la intención de la serie.
Si quieren ver a barranquilleros de verdad-verdad, denme algo de tiempo que yo les hago un guión de primera sobre barranquilleros de pura cepa como yo los conozco.
Créanme, el día que ese guión vea la luz en una serie, no podré volver más nunca a Barranquilla porque yo tengo un ojo especial para la ridiculez colombiana, y muy especialmente, para la ridiculez barranquillera. Ni siquiera tendría que usar mi imaginación, sería una serie sobre mis amigos y conocidos de Barranquilla.

Además, ese “Cara ‘e Ñame”-butifarra-cabeza ‘e mondá” es más simpático y agradable que cualquier personaje siniestro de la Barranquilla de hoy.

Critiquen a Manolo Cardona por mal actor, porque no ha sabido encarnar a un barranquillero como debe ser. Critiquen a los guionistas. Pero no critiquen a Manolo Cardona porque es cachaco, mis estimados amigos barranquilleros. Jonathan Pryce, siendo galés, encarnó a un Papa Argentino y le quedó perfecto.
La diferencia es que Jonathan Pryce es un actor que estudio en RADA, que hizo parte de la Royal Shakespeare Company, mientras que Manolo Cardona estudió en la Academia de Ronald Ayazo.

Esa es la diferencia….


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