En el fuerte de San Fernando de Bocachica había movimientos en la madrugada del 5 de diciembre de 1815. No sospechaban que ese día, 400 de ellos, casi todos, iban a ser decapitados por los españoles, y no podrían ser llevados al cadalso que las tropas invasoras montaron el 24 de febrero de 1816 frente a la Torre del Reloj, hoy Plaza de la Paz de Cartagena de Indias, para el suplicio de los líderes de la rebelión.
Los patriotas cumplían 21 días sin comer. Las ratas, su principal alimento, se habían acabado. Estaban en el esqueleto. Su misión era cubrir la salida de 12 naves, varias de ellas corsarias, donde escapaban los líderes de la revolución del 11 de Noviembre. Debían romper el cerco y permitir que esos navíos penetraran el mar Caribe. Por eso es que en el juicio y posterior ejecución (24 de febrero de 1816) solo había 9 mártires que Pablo Morillo y Morillo usó para el escarmiento público.
Cuando los realistas se dieron cuenta del escape, se tomaron el fuerte, doblegaron las baterías y cogieron prisioneros a sus custodios. Las playas de Bocachica quedaron teñidas de sangre. Los españoles degollaron a 400 patriotas un día antes de que el 6 de diciembre de 1815 entraran a la ciudad amurallada las tropas de Morillo. El general Morales, subcomandante de las fuerzas imperiales y del cerco naval, no tuvo compasión con los débiles patriotas que en los últimos 21 días del sitio solo habían probado las suelas de sus zapatos sancochadas.
Mañana puede ser tarde. Piensa hoy en la sangre de los mártires de la libertad. ¿Sabías que los inmolados de la revolución de la independencia de Colombia y, en particular, de Cartagena de Indias, que cayeron el 24 de febrero de 1816 bajo el fuego del imperio español, entregaron sus vidas por tu libertad? Si los mártires hablaran, te preguntarían « ¿por qué no eres libre?» ¿Qué responderías?
Los mártires de Cartagena de Indias entregaron sus vidas el 24 de febrero de 1816 por tu libertad, la libertad de tu ciudad y de tu patria. ¿Lo sabías? ¿Cuánto te cuesta tu libertad? ¿$50 mil? ¿Un puesto de trabajo? ¿Una orden de prestación de servicios? ¿La pereza de ir a votar por una alternativa creíble en unas elecciones para elegir a tus mandatarios?
Fueron más de 6 mil hombres y mujeres nacidas en la provincia de Cartagena -desde Bocas de Cenizas hasta Arboletes- las que perecieron durante y después del sitio de Pablo Morillo y Morillo, comandante de las fuerzas del imperio español encomendado por el rey Fernando VII, de la dinastía de los borbones.
En la madrugada de ese día, 12 barcazas patriotas rompieron el cerco de Morillo. En algunos de esos navíos corsarios iban gran parte de los líderes de la Revolución del 11 de noviembre de 1811. Allí estaban Pedro Romero, Remigio Márquez, Ignacio Muñoz, y el adolescente Pablo Olier, el niño que llevaba la bandera cuadrilonga al lado de Pedro Romero cuando partieron con los lanceros de Getsemaní ese 11 de noviembre.
Muchos de ellos murieron ahogados en altamar. Otros perecieron en algunas islas de Las Antillas. Petión, de Haití, alcanzó a recibir a dos embarcaciones. Todos esos patriotas murieron olvidados en tierras lejanas. Pocos meses después de haber llegado a Haití, Pedro Romero murió en el primer semestre de 1816.
Cierra tus ojos e imagínate un país dominado por los fusiles de fuerzas extranjeras que te obliguen a hacer lo que ellos quieren, que te confisquen tus pertenencias y que dejen en la miseria a tu familia. Eso sucedió después del 24 de febrero de 1816. Hoy, no sucede eso gracias a la sangre que derramaron nuestros mártires. Pero la mayoría de nosotros seguimos esclavizados mentalmente, porque no hemos sido capaces de romper cercos mentales que nos atan a la pobreza, a la desidia y a repetir los mismos errores.
Cierra tus ojos e imagínate una ciudad libre, una patria libre sin la intervención extranjera. Imagínate una Cartagena próspera, donde la gente no se acueste sin haberse comido los tres alimentos del día. Que tenga un techo digno, unas calles limpias y amplias, parques para que junto a tus hijos te recrees, hospitales debidamente adecuados para la atención médica y un personal que te atiende con una sonrisa de oreja a oreja.
Imagínate docentes con buena actitud educando a niños alegres, limpios y sonrientes que se transportan sin ningún afán y sin que lo apretujen y lo empujen. Que tú puedas caminar las calles de tu ciudad sin el temor que te roben el celular o te den una puñalada para quitarte lo mucho o poco que tienes. Imagínate eso y mucho más.
¿De quién depende tener una ciudad libre? ¿De los políticos? ¿De los empresarios? Déjame decirte que el responsable de tener un buen país o una buena ciudad depende de ti. Si, depende de tu actitud.
¿Quien elige a los políticos? Tú. ¿Quién se amarga por las vicisitudes? Tú. ¿Quién decide ser buen o mal docente? Tú. ¿Quién decide ser buen o mal ciudadano? Tú. Entonces, ¿quién es el responsable de todo lo que te sucede? Tú. Si entiendes conscientemente esto, estás preparado para hacer que las cosas sucedan.
Son seis mil mártires que cayeron en el Sitio de Cartagena de 1815. La fecha que deberíamos conmemorar con todas nuestras fuerzas, después de la del 11 de noviembre, sería la del 24 de febrero. Así romperíamos el cerco del memoricidio, como lo señala Gloria Gaitán.
No siento odio por los españoles. Ellos creían que América les pertenecía. Por eso desconocieron la República Libre de Cartagena (1811-1815), período febril donde las contradicciones políticas internas socavaron los cimientos de la libertad. Exactamente hoy se cumple 203 años de esa matanza. Y este año los cartageneros reconstruiremos la soberanía ciudadana y haremos de Cartagena una ciudad para todos. De la Cartagena Heroica, como dijo Simón Bolívar, nacerá la ¡Cartagena Libre!