El líder religioso, según las autoridades, era integrante de una estructura criminal que fue desarticulada. Pasaba desapercibido por utilizar la predicación de la palabra.
En una operación conjunta con Fiscalía, la Policía Metropolitana de Cali logró la captura de un supuesto pastor cristiano que ayudaba a una peligrosa banda criminal a evitar el control de las patrullas, camuflando armas de fuego al interior de una biblia.
De acuerdo con el general Manuel Vásquez, comandante de la Policía de la capital del Valle del Cauca, esta persona pasaba desapercibida ante las autoridades al utilizar la predicación de la palabra.
“Mostraban una supuesta conversión y la predicación la utilizaba como una fachada, en algunos momentos, el libro sagrado (la Biblia) era utilizada para ocultar el arma dentro de un compartimiento adaptado”, dijo.
En el perfil de Facebook del supuesto pastor, que estaría involucrado en hechos de sicariato, se le puede ver presumiendo motocicletas y viajes a diferentes partes de Colombia, además de manifestar sus agradecimientos a Dios.
Este hombre fue capturado junto a otros diez integrantes de la estructura criminal conocida como La Doble A, dedicada al homicidio y el tráfico de estupefacientes en el oriente de Cali.
De acuerdo con la Policía, para la desarticulación de esta banda fue necesaria la ejecución de 15 allanamientos en las comunas 13 y 14, oriente de la capital del Valle del Cauca, así como en el municipio de Jamundí, sur del departamento, en donde fueron incautadas cuatro armas de fuego.
La Doble A tenía una vigencia delictiva que superaba los ocho años de control territorial. Estaría involucrada en al menos 12 homicidios en Cali, entre los que se destaca la muerte de un taxista a mediados de 2017 y el ataque armado a varios menores de edad por estar en una ‘frontera invisible’.
Frente al tráfico de estupefacientes, las investigaciones indican que se abastecían en los barrios La Paz y Los Lagos, de la Comuna 13, para posteriormente desarrollar la venta al menudeo en los sectores de Cuatro Esquinas, Billares y El Caño del barrio Omar Torrijos.
La comercialización de las sustancias ilícitas se llevaba a cabo, según las autoridades, especialmente en entornos escolares del oriente de la capital del Valle del Cauca.
La banda obtenía recursos que oscilaban entre los $60 y $80 millones mensuales, a partir del control de cinco puntos de distribución de estupefacientes, así como de entregas a domicilio, teniendo un promedio de venta de 35 mil dosis mensuales.
También generaban recursos adicionales del denominado ‘gota a gota’, para lo cual realizaban préstamos a personas y obtenían ganancias de los altos intereses, que rodeaban el 20 %.
El líder de la organización es alias ‘Crilin’, de 35 años, quien en 2011 ya había estado en prisión por el delito de homicidio agravado tentado y porte ilegal de armas. En varias oportunidades, generó amenazas directas a testigos para evitar ser condenado.
Los miembros de la banda, entre los 25 y 35 años de edad, suman 35 antecedentes judiciales por homicidio, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego, secuestro simple, hurto calificado y agravado, amenazas a testigos, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y tentativa de homicidio. noticias.caracoltv
