La Revista Foreign Policy publicó la lista de los “pensadores del 2017”, pero sus seleccionados no son los típicos de este tipo de publicaciones para fin de año. Al incluir nombres como el de Timochenko, líder de las Farc en Colombia, o Nikki Haley, mano derecha del presidente de Estados Unidos en el exterior, la revista resignificó lo que consideramos sobresaliente o destacable.
La tradición decembrina de los medios de comunicación en el mundo es escoger a los mejores personajes del año que termina. Se trata siempre de una selección subjetiva, basada en criterios editoriales internos. Sin embargo, la prensa tradicionalmente intenta alejarse de la polarización. Científicos, artistas, deportistas o políticos que, en lugar de dividir generen unión y empatía, suelen ser los elegidos. Cualquier nombre que cruce los límites anteriores, será cuestionado.
Foreign Policy fue incluso más allá. El 2017, dice la publicación, fue el año para ajustar las cuentas, para reacomodarnos dentro del nuevo orden del mundo, orden que nos heredó el año anterior. Fue el 2016 el año del Brexit, del triunfo de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos, de Rodrigo Duterte en Filipinas. El nuevo año fue el espacio para que los nuevos liderazgos populistas mostraran de qué están hecho.
“Pero el populismo no fue la única historia gorda del 2017”, aclara Foreign Policy. También sucedió, agrega, el lanzamiento de un misil de Corea del Norte que podría alcanzar territorio estadounidense, El Estado Islámico perdió múltiples batallas, aunque se reinventó una y otra vez con el propósito de seguir existiendo, la extrema derecha probó cómo sabe el poder del Estado, los multimillonarios empezaron a dominar Estados Unidos. Del otro lado, un movimiento de mujeres puso al descubierto a cientos de abusadores poderosos y logró centrar la atención en el problema del abuso y sus consecuencias”.
Es así como en la lista aparece Nikki Haley, quien en su primer discurso como embajadora de Estados Unidos en la ONU aseguró que planeaba hacer valer la “fuerza” de Estados Unidos a la hora de apoyar a sus aliados en el mundo. «Para aquellos que no nos apoyen, vamos a anotar nombres. Nos aseguraremos de responder a eso adecuadamente», dijo con firmaza, demostrando ser una digna representante de su presidente. Foreign policy la seleccionó como una “re pensadora” del año, por “tratar de preservar la visión tradicional de América en la política internacional”.
También incluyó a Stephen Bannon, quien fue el estratega en jefe de la Casa Blanca y su principal consejero. El hombre que le hablaba al oído a Trump y que es conocido por sus posiciones firmes en la extrema derecha. Es el ideólogo de este gobierno y, probablemente, uno de los creadores de esta leyenda Trumpiana. A pesar de que fue despedido por el presidente, en medio de la polémica generada por sus declaraciones benévolas con los extremistas blancos que generaron una masacre en una protesta contra la discriminación racial en Virginia, es uno de los “repensadores” del 2017.
Del otro lado, Foreign Policy perfila a Jody Cantor y Megan Twohey, por la valentía de exponer a Harvey Weinstein e iniciar una conversación mundial sobre el abuso sexual. A Roya Sadat, por llevar la historia de las mujeres afganas al cine y, por primera vez, incluir sus propias voces. A Manal al-Sharif, Noura al-Ghanem, Fawziah al-Bakr, and Monera al-Nahedh por liderar el movimiento que permitió que las mujeres en Arabia Saudita pudieran conducir legalmente.
Como advirtió desde el principio, la lista reúne a aquellos que se encargaron de repensar el mundo, desde su trabajo. Sea cual sea su corriente política o su profesión, estos personajes respondieron a ese nuevo orden que dejó el 2016 y que solo se hizo visible en 2017. Sin importar cuan parcializados estaban de algún lado del espectro, estos personajes tienen en común que todos fueron coherentes en el desarrollo de su propósito, sea este encontrar la cura para una enfermedad terminal, o defender la extrema derecha en el mundo.
Tomado de La Revista Foreign Policy