Quienes emplean un tono de voz muy agudo transmiten baja credibilidad y está comprobado que un tono de voz suave y a un volumen controlado trasmite cercanía, mientras que un tono de voz elevado lo que transmite es lejanía, ausencia de conexión y pérdida del mensaje.
Hablar en un tono de voz elevado, transmite ausencia del control de volumen, además de una personalidad nerviosa y autoritaria.
La clase de relación que se quiere tener con los demás depende del tono que emitamos con nuestra voz. Al hablar pausadamente, apoyándonos en la respiración, la cercanía se establecerá con el interlocutor. Mientras que cuando se habla a gritos dicha relación con el otro se verá alejada y distante.
Últimamente, no se si ustedes también lo han visto, he notado que tanto el presidente Iván Duque como su ministra del TIC, Karen Abudinen, están utilizando ese tono de voz elevado, como si estuvieran gritando o discutiendo con alguien. Me ha parecido que están en una especie de problema de actitud, tal vez por el estrés que les ha causado: al primero, las protestas y a la segunda, la pérdida de $70 mil millones. Y cada vez que los he visto por televisión y vídeos, me ha dado la impresión de que van a terminar en un ataque de histeria.
Sin duda, es un gobierno al borde de una histeria nacional…