Después de conocerse los reparos del uribismo a la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP, los reflectores hoy alumbran al Capitolio Nacional, donde el Congreso definirá el devenir del Tribunal Especial. Las cuentas no parecen alcanzarle a las aspiraciones del Centro Democrático, el partido político del gobierno.
En este momento, el presidente Duque y el uribismo están en aprietos, ya que conseguir las mayorías para que objeten la Ley estatutaria de la JEP, está cada vez más ‘cuesta arriba’.
Los números no le cuadran al uribismo
Así como están las cosas, quienes no están de acuerdo con las objeciones de Iván Duque contarían con 60 votos en el Senado y 102 en Cámara, cuando las mayorías se logran con 55 votos en el Senado y 87 en la Cámara. De tal suerte, las intenciones de Duque están en su capítulo póstumo.
Al parecer, la estocada al uribismo, en esta ocasión, la daría Cambio Radical, que tiene 30 votos en Cámara y 16 en Senado.
El partido de gobierno se ve en estado crítico. De los 108 senadores, el uribismo solo contaría con 39 votos a favor de las objeciones de Duque: 19 del Centro Democrático, 1 de la ASI, 6 cristianos y 13 del Partido Conservador, teniendo en cuenta que esta colectividad efectivamente defina irse en favor de las objeciones.
Por su parte, en la la Cámara de Representantes el panorama para el uribismo no mejora; haciendo esfuerzos mayúsculos alcanzaría los escasos 53 votos a favor de aceptar las objeciones, contra los 102 que defienden la JEP.
¿A qué se debe el cambio en el tablero?
Este jueves 28 de marzo, el partido Cambio Radical decidió no apoyar las objeciones a la JEP, y de esa forma mostró sus cartas en el marco de una reunión que adelantaban como bancada en el Club de Ejecutivos, ubicado en el centro de Bogotá.
Así pues, 18 días tardaron, después de la alocución en la que Duque presentó las seis objeciones, para decidir si obedecer a Germán Vargas Lleras o a los Char.
Si bien, la decisión de la bancada marca un camino, aún se considera como una incertidumbre lo que viene sucediendo en las toldas por quién tiene la última palabral.
Recordemos que Luis Eduardo Díazgranados, senador de Cambio Radical de la comisión III, fue pieza clave para completar el cuórum necesario de nueve personas para darle luz verde al Plan Nacional de Desarrollo.
Este suceso fue un claro reversazo a la orden del exvicepresidente Vargas Lleras de no asistir al Congreso, pues ese viernes Lleras había ordenado una reunión del partido en Valledupar.
Los movimientos de Cambio Radical
Para el investigador de la Fundación Paz & Reconciliación -Pares, Sebastián Mora Castro, ese no es fue un hecho menor, ya que, “si el PND se hundía, Duque se hubiera llevado su golpe más duro en el Congreso, superando por mucho los fracasos de la reforma política y la reforma a la justicia”, señala el investigador.
Adicionalmente, según el análista la decisión tomada por los Char tiene que ver con que vieron un mayor beneficio en apoyar al gobierno frente al costo de contradecir el líder natural del Cambio Radical.
Sobre el expresidente Vargas Lleras, Mora señala que lo sucedido con el PND “fue un tropiezo importante, él ha estado perfilándose como un estadista a través de su columna en El Tiempo, un conocedor de política pública a nivel macro, sacudiendo su imagen de político clientelista y al mismo tiempo, como un contradictor de Duque y de su falta de liderazgo y gobernabilidad”.
El investigador relaciona el evento del PND con la decisión tomada el día de ayer de no apoyar las objeciones a la JEP y de cambiar la nominación del representante Cesar Lorduy (de la cuerda charista) para la presidencia de la Cámara de Representantes, por la de Carlos Cuenca (vargallerista).
Justamente, en la misma reunión en la que Cambio Radical decidiera no respaldar a Duque, se llevó a cabo una votación “atípica” de 26 contra 1, en la que el partido decidió por Carlos Cuenca para ser el próximo presidente de la Cámara de Representantes el 20 de julio de 2019.
Este hecho marca un comportamiento atípico, ya que tiene que ver con que César Lorduy y Betty Zorro, quienes iban a medirse en el pulso con Cuenca decidieron declinar su aspiración. Por consiguiente la elección fue para decidir sobre un solo candidato.
La disposición de que la presidencia le corresponda a Cambio Radical, tiene que ver con los acuerdos entre partidos. En esta ocasión es el turno de esta bancada que, entre otras cosas, es independiente del gobierno y la oposición.
De esta forma, César Lorduy quien era el alfil de los Char, con su retiro dejó el camino expedito para el alfil de Vargas Lleras, quien en la presidencia de la Cámara jugará un papel clave.
Rol electoral de la casa Char y la casa Vargas Lleras
Para el investigador de PARES, es importante señalar que los Char no son unos subalternos más en Cambio Radical, son miembros con control político y poder de decisión dentro del partido.
“Estos desencuentros pueden ser la forma de decirle a Vargas Lleras que él no es el dueño absoluto del partido. E incluso, ir cocinando al que suena como su candidato presidencial para el 2022, Alejandro Char, actual alcalde de Barranquilla, lo que claramente chocaría con otra posible aspiración de Vargas Lleras”, advierte Mora.
El investigador de Pares hace hincapié, que, aun cuando el rumor de Alejandro Char no tenga asidero, los Char tiene una estructura propia en el partido que se compone como mínimo de 8 congresistas y querer consolidarla es un objetivo que resultaría obvio.
La casa Char envía un mensaje a la casa Vargas Lleras
Para el investigador de PARES, estos sucesos no obedecen a un rompimiento del partido, pero sí a una correlación de fuerzas. Por ejemplo, “si toda la bancada charista decidiera votar positivamente las objeciones y atenerse a sanciones disciplinarias de su partido, no lograrían pasar las objeciones. La lucha se dio ayer y se perdió, pero el mensaje de los Char a Vargas no va a desaparecer”, cita Mora.
Por último, para el investigador, resulta importante resaltar que “ni Vargas ni los Char directamente participan de la puja, pero sus alfiles sí, hay entonces que estar atentos a los alfiles de cada parte: Varon Cotrino, Lara o Richard Aguilar, por parte de Vargas Lleras y Zabarain, Diaz Grandos y el propio Arturo Char por el clan del Atlántico”.
La sociedad civil en vilo
Paralelamente, ha habido una presión por parte de la sociedad civil que, en las últimas semanas, se ha volcado a las calles a exigir una JEP sin objeciones.
Por otro lado, está el rifirrafe en las redes sociales que tiene a quienes están abrazando la JEP y quienes han lanzado ataques directos al Tribunal de Paz; en lo que es un auténtico capítulo de polarización, como un regreso al 2016, época en que se llevó a cabo el Plebiscito por la Paz.
Así las cosas, el pulso lo está ganando quienes están defendiendo la JEP y la implementación del Acuerdo de Paz, con los recientes anuncios de los partidos que le imposibilitan las cuentas a Duque para tramitar sus objeciones.