Ni siquiera morirse esta exento de las formas narcas en Colombia. Una celebridad en Colombia se muere a lo narco, de una manera bien grotesca. Es en los entierros y a la hora de exhibir nuestro dolor por la perdida de alguien que mostramos lo narcos que somos, eso no tiene remedio.
Se muere Omar Geles y todo el mundo usa al muerto para exhibirse, desde Carlos Vives hasta los políticos. Un payaso político incluso canta una de sus canciones en el recinto del Senado y sus compañeros del Congreso le gritan “¡Otra, otra, otra!”. ¿Cómo hijueputa vamos a construir un país serio con esa clase de congresistas?
Y los medios solo hablan de la plata que deja el finado y de cuanto vale cada canción compuesta por Geles, y que quién se queda con qué, ¡en fin! Todavía el muerto no esta enterrado y ya todo el mundo esta contando su plata para ver qué deja.
Todo el mundo se quiere morir en su tierra, excepto yo. Yo quiero morirme rodeado de 2 o 3 familiares en un lugar bien alejado de Colombia en donde nadie empiece a contar mi plata cuando mi cadaver aún este tibio.
La gente en Colombia no tiene ni idea de lo horrible que se ve Colombia desde afuera cuando alguien célebre se muere. Y esto es aún más cierto si se trata de un artista vallenato, una gente especialmente fea, de entorno feo.
Ese vídeo de tres cantantes vallenatos, cantando “Los Caminos de la Vida”, junto a la madre de Geles, a la que también pusieron a cantar la canción, JUNTO AL FÉRETRO DE GELES, es el despropósito más espantoso que he visto. La misma vaina pasó cuando se murió Diomedes, y la misma vaina pasa cuando se muere alguno de esos intérpretes vallenatos. Unos carajos que parecen traquetos salen a cantar las canciones del difunto junto a una romería de gente, y toda la ceremonia fúnebre se torna en un circo. Colombia es el único país que vuelve a sus muertos en unos payasos de circo. Se quiere vender que se esta celebrando el entierro con dizque “alegría” y “recordando la obra del artista”, cuando en realidad todo el mundo esta MANOSEANDO AL MUERTO, todo el mundo esta capitalizando a costas del muerto.
La vulgaridad de Colombia, vista desde acá, es indescriptible. Una tribu de Nueva Guinea, de canibales, tiene más solemnidad a la hora de enterrar a sus muertos que nosotros, que todo lo volvemos un acto grotesco y mafioso.
La cultura vallenata, en su totalidad, es algo horrible, de gente horrible, con vicios horribles, costumbres horribles, voces horribles, aspectos horribles, y sentimientos horribles. Haberle vendido a Colombia el supuesto “sentimiento vallenato” es una de las PEORES cosas que le ha podido suceder a la cultura colombiana pues la cultura vallenata es una impostura horrible de formas grotescas. Tal como lo expliqué ayer, nada en los intérpretes vallenatos es sentido, todo es una impostura, una afectación falsa de unos charlatanes.
Y cuando uno de estos charlatanes musicales muere, su proceso fúnebre es otra impostura cultural que refleja un dolor ficticio y una afectación teatral de gente que parece que esta actuando. Lamento decir esto pero hasta la madre de Omar Geles parece estar “actuando” la muerte de su hijo, su acto no me resulta convincente.
Loco, tengo una pequeña petición que hacerles.
Todos nos vamos a morir, y de pronto yo primero que muchos que me siguen por acá.
El día que me muera, si esta aplicación todavía existe y ustedes se enteran de mi muerte, no armen por acá un acto grotesco con mi fallecimiento. Quiero una muerte sobria y sincera, y que si salen lágrimas, que sean sinceras, no actuadas. Y si van a decir algo de mi, que sea breve y que les salga del corazón.
¡Por favor, que nadie manosee mi muerte, que mi tránsito hacia la “otra vida” sea en silencio y sin posturas afectadas. Mi espíritu no descansaría en paz si mi muerte acaba en un circo de estos que hacen en Colombia con los muertos.
Es imposible enterrar a alguien célebre en Colombia en silencio y sin manoseo. Y sin contar la plata que deja el muerto.
Ni la madre de Omar Geles supo estar a la altura el día que fue a enterrar a su hijo…