Según el Dane, en 2023, el 33,0 % de los colombianos estaban en condición de pobreza monetaria, lo que se traduce en 16,7 millones de personas. En comparación con 2022, 1,6 millones de habitantes salieron de esta situación. Por otra parte, la incidencia de la pobreza monetaria extrema en el país fue 11,4 %, y con respecto al año anterior, 1,1 millones de personas dejaron de hacer parte de este grupo.
En referencia a la región Caribe, el promedio de incidencia de la pobreza cayó entre 2022 y 2023; sin embargo, aún mantiene una alta cifra, estando el 40,7 % de su población en pobreza monetaria, y el 13,0 % en condición de pobreza monetaria extrema.
Al analizar los datos por ciudades, todas en la región Caribe, a excepción de Barranquilla A.M., presentaron porcentajes de pobreza monetaria por encima del promedio nacional. Valledupar (49,8 %), Riohacha (46,0 %) y Sincelejo (44,3 %) fueron los territorios con mayor incidencia en el país, solo superadas por Quibdó. Mientras que en Sincelejo y en Riohacha la cifra decreció entre 2022 y 2023 en 5,2 p.p. y 2,8 p.p., respectivamente, en Valledupar la pobreza monetaria aumentó en 1,3 p.p.
En lo que respecta a la incidencia de pobreza monetaria extrema en 2023, en Barranquilla A.M. se ubicó en 6,9 %, por debajo de la cifra nacional (11,4 %), y representando una mejoría con respecto al dato de 2022 (10,9 %). Fue la segunda ciudad con la mayor reducción entre las 13 principales.
En la región Caribe, las ciudades con mayor incidencia de pobreza extrema fueron Riohacha (21,6 %) y Valledupar (18,0 %), ubicándose en la segunda y tercera posición respectivamente a nivel nacional. Mientras que en Riohacha se redujo la incidencia en 1,7 p.p., en Valledupar aumentó en 2,1 p.p.
Los datos en general de pobreza monetaria en 2023 para el Caribe mostraron un descenso importante frente al año anterior; sin embargo, continúan presentando heterogeneidades entre las diferentes ciudades de la región. Mientras que en algunos territorios como Barranquilla o Sincelejo se lograron visualizar avances en la reducción de estos indicadores, en ciudades como Valledupar se incrementó la incidencia de la pobreza tanto monetaria como extrema.
La línea de pobreza representa un valor monetario que incluye dos componentes: el costo de adquirir una canasta básica de alimentos (línea de pobreza monetaria extrema) y el costo de los demás bienes y servicios (línea de pobreza monetaria), basado en la relación entre el gasto total y el gasto en alimentos, según la Cepal (2018).
En 2023, la línea de pobreza monetaria per cápita nacional fue de $435.375 pesos mensuales. Esto significa que, por ejemplo, un hogar de cuatro personas cuyos ingresos sumaban $1.741.500 o menos se consideraba en condición de pobreza monetaria. Y en cuanto a la pobreza monetaria extrema, la línea de ingreso per cápita se fijó en $218.846 pesos mensuales. En este sentido, para un hogar de cuatro personas, si sus ingresos totales eran de $875.384 o menos se hallaban en pobreza extrema.
Es alentador ver que los datos actuales sobre la pobreza monetaria en la región son positivos, aunque todavía estamos lejos de alcanzar los niveles previos a la pandemia.La reducción de la pobreza extrema se ha logrado principalmente gracias a la recuperación del empleo durante los primeros seis meses del año pasado y a la asignación de subsidios. Sin embargo, es crucial implementar un plan de reactivación económica que fomente la creación de más empleos y ayude a enfrentar los efectos de la inflación.
Además, se considera importante priorizar las inversiones en infraestructura de pertinencia y calidad en la región, como las propuestas por Casa Grande Caribe en temas de transporte, acueducto y alcantarillado, adaptación al cambio climático y cultura y deporte, con el fin de promover la competitividad y productividad regional.